Torero
Pablo Carbonell, líder del grupo Toreros Muertos, brilló con luz propia en el segundo de los conciertos organizados por la Cruz Roja Española para celebrar su 125º cumpleaños. Así lo entendieron las aproximadamente 25.000 personas que se dieron cita en el Rockódromo, dedicándole una merecida ovación final al grito de "¡torero!, ¡torero!".Pero la verdad es que sus compañeros de cartel se lo habían puesto muy fácil. La Década Prodigiosa y Hombres G abrieron fuego, buscando el público más joven. Un público fiel que los acompaña en cada una de sus presentaciones.
Los primeros repitieron una vez más la manida fórmula del popurrí de viejos éxitos, tremendamente similar a la utilizada por las bandas que amenizan las fiestas de nuestros pueblos. Los Hombres G, sin embargo, dieron la sensación de no querer estancarse en lo fácil, en el cómodo aplauso del público adolescente; poco a poco van buscando una madurez que, como músicos, necesitan, pero que comercialmente puede ser su tumba. La solución a esta inevitable lucha interna tendrá que esperar un par de años.
Segundo concierto 125º aniversario Cruz Roja
La Década Prodigiosa, Hombres G, Toreros Muertos y Gabinete Caligari. Rockádromo de la Casa de Campo. Domingo 8 de mayo.
Tal vez para compensar, Los Toreros Muertos derrocharon inteligencia: saben perfectamente qué es lo que quieren, y también saben cómo conseguirlo. Pablo Carbonell catapulta al resto de la banda, una formación sólida y creativa, con un derroche de contagiosa energía y de saber estar en escena con gracia y naturalidad.
Un carismático personaje que cada día funde con más soltura música y entretenimiento, comunicando así con inusual facilidad.
Gabinete Caligari, sin embargo, decepcionó. Bastó escuchar dos de las siete canciones que interpretó el grupo, en la aparición más fugaz de la noche, para tener la sensación de que no se realizaron pruebas de sonido.
Problemas de afinación, guitarras inexistentes y una batería ensordecedora, impidieron apreciar unas composiciones realmente brillantes.
Los dos días de música en vivo organizados por la Cruz Roja se saldan, por tanto, con poco más de 50.000 espectadores y un programa para un presupuesto de 100 millones de pesetas.
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