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Descubierto en el centro de Barcelona un acueducto romano del siglo I

El derribo de una casa de la calle de Duran i Bas, en el centro de Barcelona, ha dejado al descubierto las arcadas de un acueducto romano, construido en el siglo I. El acueducto, en ese sector, se halla prácticamente entero y en un buen estado de conservación. El responsable de Actividades Arqueológicas del Ayuntamiento de Barcelona, Oriol Granados, considera que el hallazgo es de una importancia extraordinaria.

Los arqueólogos sabían que había existido un acueducto en esta zona, porque se conoce el punto de llegada del agua, en los restos de la Puerta Romana en la plaza Nova, pero ignoraban que se hallase conservado. Su descubrimiento, casi por casualidad, el viernes pasado, constituyó una auténtica sorpresa. Cuando se realizaba el derribo de la casa de la calle Duran i Bas, Alfred Lloré, un colaborador voluntario del museo de Historia de la Ciudad, que visitaba las obras, detectó "algo extraño" y se puso inmediatamente en contacto con Granados. Ayer se iniciaron los trabajos de limpieza que permitieron comprobar que se trata de un acueducto.El acueducto, que mide entre ocho y diez metros de altura, se halla bastante entero, aunque, explicó Granados, sufre algunos daños por el tipo de obra que se ha ido adosando. Las arcadas, por ejemplo, fueron utilizadas como paredes medianeras entre distintas casas, unas construidas a finales del siglo XIII y otras en el XIX.

El acueducto conserva una estructura muy continua, y cuando finalicen los trabajos de limpieza, aproximadamente dentro de un mes, podrá contemplarse todo el sector, "que es realmente importante", según Granados. "Hacía muchos años", manifestó el responsable del servicio de Arqueología, "que no se había encontrado en Barcelona unos restos romanos monumentales".

Recorrido del agua

En la Barcelona romana se levantaron dos acueductos; del primero, no se conserva nada o, al menos, no ha sido descubierto hasta ahora. El segundo, el que ayer quedó al descubierto, permite saber el recorrido del agua, desde la plaza Nova, donde se halla el punto de llegada, la calle de Duran i Bas, hasta la plaza de Urquinaona y de allí al río Besòs, de donde se tomaba el agua.

El estudio del recorrido de las aguas se fundamenta, básicamente, en el análisis de los restos y en un estudio cartográfico de toda la zona, en especial, de estudios parcelarios de principios del siglo XIX. Estos estudios revelan multitud de irregularidades y formas extrañas en las casas y en el trazado de las calles, debido, probablemente, a la existencia del acueducto. La casa derribada de la calle Duran i Bas, por ejemplo, tenía una fachada "extraña", según Granados, con un grosor de 1,60 aproximadamente, que ocultaba el acueducto.

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