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Bidones mensajeros

, Tablao empezó a pintar el verano pasado. Ahora que se ha hecho algo conocido está pintando camisetas y chinchetas con su firma para venderlas No le va mal. Estudia, tiene 16 años, y cuando le apetece sale solo a pintar. Poco a poco lo ha ido ganando la obsesión y ahora cuando camina por las calles o por el metro va buscando espacios donde dejar su huella.

En su firma la T la forman una flecha horizontal y una vertical, y la última O se ha convertido en un símbolo de la paz. No le gusta meterse en problemas y no los ha tenido. Considera esto un juego y lo que más le divierte es pintar su nombre en las papeleras y los bidones para vidrio porque los empleados de la limpieza suelen cambiarlos de lugar y pueden aparecer en cualquier punto de la ciudad. "Dejé una vez mi firma en Aluche y luego la volvÍ a encontrar por Moncloa", comenta. Los bidones marcados se convierten en bidones mensajeros.

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Indicios sobre una ética de la rúbrica callejera

Según él la mayoría de los otros grafiteros en activo en Madrid tienen entre 14 y 15 años. Todos suelen ir a pintar solos. Su firma se convierte en el espejo en el que sólo uno puede reflejarse.

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