El umbilical coche amarillo
J. V. El cochecito amarillo y el pájaro metálico blanquiazul son inseparables desde hace cuatro días. El cochecito, un Lada de fabricación soviética, con placas de matrícula rojas, lleva y trae negociadores y apoya a la torre de control en las comunicaciones por radio con el secuestrado Boeing 747.
"De avión del martirio a coche amarillo. Necesitamos queroseno para el aire acondicionado". Los periodistas han interceptado el mensaje y se lanzan a los teléfonos. Es un espectáculo inenarrable, una estampida de búfalos salvajes. Un mínimo de 150 informadores para tan sólo ocho aparatos, es verdaderamente un buen lío.
La tribu periodística acampa, literalmente, sobre el césped, al ladoidel salón de honor del Huari Bumedian, convertido en centro de Prensa. Tiene aparatos que roban los mensajes del avión, cámaras con objetivos capaces casi de alcanzar la luna y un montón de micrófonos y grabadoras. Nadie discute en la tribu el liderazgo del veterano Pierre Salinger, que se pasea dignamente, con su gran puro en la boca y sus cejas diabólicas.
Salinger es el único respetado. El resto es una feroz batalla cuerpo a cuerpo, en la que norteamericanos y franceses se muestran particularmente agresivos.
Dormir en el césped
Los periodistas llegaron a Argel con lo puesto y cuatro duros encima. Salieron deprisa y pensaron que la escala argelina del Boeing 747 kuwaití secuestrado seria corta y venturosa. Ahora huelen que apestan y andan locos en busca de fondos.
Durante los dos o tres primeros días durmieron sobre el césped o en los pocos sofás. del salón. Pero, como dijo ayer el diario argelino Horizons, "hace falta anchas espaldas y hombros de acero para reposar así".
No son los únicos curiosos. La cafetería del aeropuerto, una vista espléndida sobre la pista y el Boeing 747, se ha convertido en el nuevo centro de reunión de los ociosos ciudadanos argelinos. Las gentes hacen media hora en coche, para tomarse allí un cafetito. Y, mientras tanto, el cochecito amarillo va y viene, último cordón umbilical de 31 inocentes con la vida.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.