Francia teme por la vida de sus rehenes
Francia sigue con inquietud el secuestro del avión kuwaití estacionado en el aeropuerto de Larnaca. La opinión francesa, extraordinariamente sensibilizada por los rehenes de Líbano teme por la vida del periodista Jean-Paul Kaufmann y los diplomáticos Mareel Carton y Marcel Fontaine, secuestrados hace tres años en Beirut por la Yihad Islámica, el grupo protagonista de la acción terrorista contra Kuwait.
Los secuestradores de los tres franceses exigían entonces la liberación de los 17 presos kuwatíes que han motivado ahora el secuestro aéreo, pero más adelante cambiaron y añadieron otras cuestiones en su pliego de reivindicaciones. Los piratas del aire aseguraron el domingo que asesinarían a sus prisioneros si el avión era asaltado por un comando especial.El Gobierno francés se hallaba en las últimas semanas a punto de conseguir la liberación de los rehenes, después de la realización de varios avances para la normalización de relaciones con Teherán, como la liberación sin cargos, por falta de pruebas, del projomeinista Mohamed Muhadjer, considerado hasta hace pocas semanas como jefe de la red terrorista que colocó bombas en París en la primavera y el otoño de hace dos años.
El agente especial francés, el corso Jean-Paul Marchiani, conocido como Alonsieur Stefani, se halla desde hace varias semanas en Beirut negociando con los secuestradores. En diciembre, Marchiani fue el negociador que consiguió, en nombre del ministro del Interior francés, Charles Pasqua, también de origen corso, la liberación de dos rehenes más, el camarógrafo Jean-Louis Normandin y el periodista Roger Auque.
Hace dos semanas llegó a correr el rumor en París, inmediatamente desmentida, Chirac se había desplazado de incógnito a Damasco o a Argel para acelerar la negociación. El problema de los rehenes se halla íntegramente en manos del ministro del Interior.
Ni el Ministerio de Exteriores ni la presidencia de la República participan y siguen las gestiones, protagonizadas directamente por los corsos del Ministerio del Interior.
Buena parte de los franceses han llegado a creer que los jomeinistas libaneses que mantienen secuestrados a los rehenes podrían soltarlos antes de las elecciones presidenciales del 24 de abril y del 8 de mayo (la segunda vuelta), para proporcionar una baza propagandística a Jacques Chirac en contra de Francois Mitterrand.
El régimen de los ayatolás no ha escondido nunca sus preferencias entre Mitterrand y Chirac a favor de este último, a pesar de que con el actual primer ministro se produjera la ruptura total de relaciones después de la llamada guerra de las embajadas el pasado verano.
Todos los candidatos a la elección presidencial han mantenido hasta el momento una posición de discreción máxima respecto a la cuestión de los franceses rehenes en Líbano, a excepción del ultraderechista Jean-Marie le Pen, que ha denunciado las presuntas concesiones de Chirac a Teherán y ha señalado la manipulación electoral de los rehenes por parte del Gobierno. Le Pen mantiene la tesis de que hay que olvidarse de los rehenes franceses y negarse a cualquier contacto o negociación.
El presidente de la República y candidato a la reelección, François Mitterrand, ha asegurado, ya en plena campaña electoral, que trabaja "codo a codo" con Chirac en la cuestión de los rehenes. Ninguno de los tres grandes candidatos ha querido hasta ahora utilizar este tema en el debate electoral, aunque es Jacques Chirac quien podría beneficiarse directamente de una inmediata liberación.
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