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'Pravda' acusa a emisoras occidentales de instigar las protestas nacionalistas

Pilar Bonet

El diario Pravda, órgano del PCUS, acusó ayer a disidentes armenios nacionalistas y emisoras occidentales de instigar conjuntamente las huelgas, manifestaciones y protestas populares por la situación de Nagorno-Karabaj. Este región, de mayoría poblacional armenia, ha visto denegada su solicitud de pasar de la jurisdicción de la República Soviética de Azerbaiyán a la de la República de Armenia.

En un largo artículo titulado Instigadores, Pravda criticaba de forma especialmente ensañada a los disidentes Paruir Airikian, detenido el 25 de marzo y pendiente de proceso, y Sergaei Grigoriants, redactor jefe de la revista no oficial Glasnost.

El diario se manifestaba en contra de que ambos disidentes fueran utilizados como fuentes de información sobre los disturbios nacionalistas del Caúcaso, una zona que se encuentra cerrada a los corresponsales occidentales desde que comenzaron los conflictos el pasado mes de febrero.

La cobertura de los sucesos en Armenia y Azerbaiyán efectuada por La Voz de América, la BBC británica, la emisora norteamericana Radio Liberty y, la emisora germanooccidental Deutsche Welle eran criticadas por el órgano del parti(lo, quien añadía al periódico ftancés Libération y al norteamericano The New York Times a su lista de objetivos, por haber publicado un informe de Grigoriants sobre los abusos de la psquiatría en la URSS.

"La difusión, con ayuda de los medios de información occidentales, de infundios calumniosos que caldearon la situación transformó la atmósfera nacionalista en extremismo", señalaba Pravda, refiriéndose a las actividades de Grigoriants y Airikian. Estos "infundios caIumniosos" habrían incitado a .la gente a la huelga y a1a desorganización.

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Pravda trataba de desacreditar a Grigoriants y Airikian recurriendo a los antecedentes penales de ambos activistas políticos, sin indicar que los cargos contra ellos habían sido acumulados en una época anterior a la llegada de Mijail Gorbachov al poder, cuyo sistema judicial es acusado actualmente de todo tipo de arbitrariedades y crímenes.

Tanto Grigoriants como Airikian fueron liberados en 1987, en el marco de los indultos concedidos a varios centenares de prisioneros políticos por la dirección soviética. Airikian, de 38 años, es el líder de un grupo nacionalista llamado La Unión para la Autodeterminación Nacional del Pueblo de Armenia. Poco antes de ser detenido, Airikian había informado en Moscú de la protesta pública del corresponsal de Pravda, al que le fue atribuida la, autoría del artículo Emoción y razón, un texto que irritó los ánimos de la opinión pública armenia. Pravda se ratificaba ayer en lo dicho en tal artículo, donde se acusaba de antisovietismo a los organizadores de las protestas en reivindicación de Nagorno-Karabaj.

Por su parte, Grigoriants había mostrado en Moscú las primeras fotos de las multitudinarias manifestaciones ocurridas en Eriván el pasado febrero. Tanto Grigoriants como Airikian habían cuestionado las cifras de víctimas del pogrom ocurrido el 28 de febrero en Sumgait, al norte de Bakú, donde oficialmente murieron 32 personas.

Refiriéndose a los periodistas occidentales, Pravda se preguntaba si "vale la pena mezclarse con antiguos criminales, personas sin escrúpulos que se dedican a difundir mentiras deliberadas".

El periódico confirmaba la detención de Airikian y "otros cómplices entre los más activos instigadores de la discordia entre las nacionalidades. Sobre su caso se ha instruido un sumario", señalaba.

Manifestación en Eriván

El pasado sábado tuvo lugar en Eriván una manifestación para pedir la liberación de Airikian, según comunicó por teléfono un amigo de la familia contactado desde Moscú.

Grigoriants informó el sábado de la detención de otros dos activistas, Gabrielian y Georghisian, y anunció la fundación en la capital armenia de un nuevo Comité por la Defensa de la Paz, que está compuesto mayoritariamente por historiadores y tiene por objeto organizar encuentros entre instituciones azerbaiyanas y armenias sobre el tema de Nagorno-Karabaj.

La huelga general continuaba el pasado fin de semana en Nagorno-Karabaj, donde sólo funcionaban los servicios de subsistencia, según manifestó Grigoriants. Éste dijo que en la región "reina la desesperación y la completa desconfianza hacia la autoridad. La gente ya no pide siquiera una solución favorable a la unificación de Karabaj a Armenia. Pide simplemente una decisión clara y directa sobre el problema nacional".

Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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