Reagan y Gorbachov se reúnen en Moscú el 29 de mayo para firmar otro acuerdo de desarme
Ronald Reagan, el presidente más anticomunista de la historia de EE UU, visitará Moscú del 29 de mayo al 2 de junio para entrevistarse con Mijail Gorbachov y tratar de firmar un acuerdo, o al menos sus líneas generales, de reducción del 30% al 50% de las armas estratégicas de las dos superpotencias.
El presidente anunció ayer las fechas de la cumbre momentos antes de reunirse en un almuerzo de trabajo con el ministro soviético de Exteriores, Edvard Shevardnadze.Preguntado sobre si firmará un tratado en su primera visita a la capital soviética, Reagan dijo: "No puedo responder a eso. También estamos discutiendo otros temas". Shevardnadze, sonriente a su lado, explicó: "Hemos establecido una fecha para la cumbre y ahora nos ocuparemos de buscarle un buen y sustancioso contenido".
El secretario de Estado, George Shultz, y su homólogo soviético han discutido durante tres días en Washington los problemas que plantea la consecución a tiempo de un tratado para iniciar la reducción del armamento nuclear más desestabilizador: los cohetes capaces de alcanzar una de las dos superpotencias desde sus propios territorios.
Moscú asegura que es posible y Washington lo considera difícil, debido los problemas de verificación y las poderosas voces que piden prudencia antes de dar este nuevo paso de distensión.
Las conversaciones de Washington que no habían concluido aún a la hora de cerrar esta edición, se han centrado también en la retirada soviética de Afganistán, que Reagan confía en que pueda iniciarse coincidiendo con su viaje a Moscú. Shevardnadze insistió en que la URSS quiere dar este paso en el marco de un acuerdo en Ginebra, donde se negocia una solución entre Afganistán y Pakistán, a pesar de que un portavoz soviético sugirió esta semana que podría hacerlo unilateralmente.
Shultz preparó el martes para Shevardnadze, que tras 23 entrevistas personales ya casi son amigos, una cena típicamente norteamericana en el Departamento de Estado. Mascando palomitas, los expertos soviéticos y norteamericanos buscaron soluciones a los difíciles problemas de verificación de un tratado para eliminar armas estratégicas o de conseguir un Afganistán auténticamente no alineado, tras la salida de las tropas de la URSS.
Moscú después de anunciar una retirada unilateral, indica ahora que desea un acuerdo internacional, que implique a Estados Unidos y a Pakistán.
La decisión soviética se ha complicado por la nueva exigencia norteamericana de obtener una "simetría" en la retirada, esto es, suspender la ayuda de Washington a los rebeldes al mismo tiempo que Moscú cesa la ayuda militar a Kabul. El Kremlin ha aceptado en principio retirar sus más de 100.000 soldados en un período de nueve meses, que comenzaría a mediados de mayo; la mitad saldría en los primeros tres meses.
Ronald Reagan, convertido a la distensión en su último año en la Casa Blanca, dio ya un paso histórico al firmar con Mijail Gorbachov, el pasado diciembre en Washington, el tratado INF de eliminación de una categoría completa de armas atómicas: los misiles de medio alcance estacionados en Europa.
Las incógnitas iban a ser despejada en la madrugada española, cuando los dos ministros pensaban enfrentarse con la Prensa. Si hay acuerdo sobre control de armas habrá comunicado conjunto, dijeron fuentes norteamericanas. "Las negociaciones van bastante bien", explicó ayer Shevardnadze.
Ha habido de todo, "risas y discusiones", explicó un portavoz el Departamento de Estado norteamericano refiriéndose a las más de 15 horas de reuniones en las que se han abordado todos los temas que separan a los dos países. Además de Afganistán y la reducción de armamentos, Centroamérica -donde las dos partes han constatado sus divergencias-, Oriente Próximo, el golfo Pérsico y la cuestión de los derechos humanos en la URSS.
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