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EL VOLCÁN CENTROAMERICANO

Noriega busca un acuerdo para anunciar su retirada

Antonio Caño

El general Manuel Antonio Noriega trataba ayer a la desesperada de alcanzar un ' acuerdo con los dos políticos para buscar una solución nacional a la crisis que vive Panamá, en el marco del cual aceptaría su retirada. La tensión, traducida en una angustiosa sensación de que algo tiene que ocurrir ya, sigue creciendo, mientras la huelga general contra el hombre fuerte panameño consiguió paralizar todo el comercio del país, aunque la vigilancia militar en las calles evitó disturbios.

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El éxito del paro coincide con nuevos ruidos de sables en las Fuerzas de Defensa. Ninguno de los comercios de la popular zona de calle Central abrieron sus puertas. En el área financiera, al cierre de los bancos -que se prolonga desde hace dos semanas- se sumaron los supermercados y otros negocios. El transporte funcionó casi con normalidad, -pero la actividad en la ciudad fue mínima. Los trabaiadores de las empresas públicas, a excepción de los obreros portuarios, acudieron al trabajo por miedo a represalias tras el decreto del Gobierno sobre sanciones y despidos para aquellos que se ausentasen de sus puestos.La, entrada en vigor del estado de emergencia y la presencia en puntos estratégicos de soldados en uniforme de combate y armados con fusiles de asalto disuadió, hasta la hora de cerrar esta edición, cualquier intento de protesta callejera. En las puertas de una oficina gubernamental se mantiuvo durante toda lajornada una larguísima cola de empleados del ministerio de Sanidad para cobrar los 75 dólares que se entregan a aquellos que tienen salarios por debajo de los mil dólares. Esa cantidad ha permítido un cierto reabastecimiento de las familias empobrecidas, pero no es suficiente para aplacar los ánimos de los panameños.

Fuientes de crédito aseguran tener noticias de oficiales que han abandonado su casa y se han pasado a la clandestinidad ante el temor a represalias por su coineidencia con los planteamientos del frustrado golpe del miércoles pasado. Fuentes próximas a los afectados han informado que los detenidos por su implicación en ese levantamiento han sido sometidos a humillaciones y malos tratos.

Según esta versión, al mayor Cristobal Fundora se le obligó a recorrer durante un buen tiempo el patio del lugar en el que está arrestado portando una bandera de Estados Unidos y gritando soy gringo". Otros, entre ellos el supuesto jefe de al conspiración, el coronel Leónidas Macías, han sido vistos con signos de haber sufrido golpes. La fuentes añaden que a la esposa de Macías le han quemado una finca y a Fundora su casa.

Medios opositores aseguran que, desde el pasado miércoles representantes de la oposición han conseguido mantener varios contactos con oficiales de las Fuerzas de Defensa para coordinar una solución a la crisis.

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Noriega tampoco pierde el tiempo para apuntalar sus débi les defensas. Descartada cualquier solución que implique su salida del país y una apariencia de rendición ante las presiones de EE UU, el general ha entrado en conversaciones -rotos también los contactos con la Cruzada Civilista y con el Gobierno norteamericano- con los ex presidentes Arnulfo Arias y Nicolás Ardito Barletta. Los arnulfistas, que siempren se han resistido a aceptar a Delvalle como presidente, podrían estar de acuerdo en que su líder ocupe la jefatura del Estado, aún con Noriega en la comandancia, según el punto de vista de algunos observadores.

Para Noriega y quienes le apoyan la clave de la salida de la crisis está en la búsqueda de una solución panameña, que los militares no la entienden como la entrega del poder al ex presidente Delvalle. La prensa oficialista citaba ayer de forma destacada las propuestas a favor de "un Gobierno de guerra" integrado por representantes de todos los panameños. Una opción así, que permitiese integrar al mayor número de fuerzas políticas, sin condenar a Noriega a una huida vergonzante y al Ejército al trauma de una derrota, tendría un gran consenso en las Fuerzas de Defensa.

Se opone, sin embargo, la Cruzada Civilista, motor de todas las protestas ocurridas desde junio pasado, y, aparentemente, también EE UU. Washington sigue viendo la solución panameña sólo como la restitución de Delvalle en el poder.

[En Washington, el portavoz del departamento de Estado, Charles Redinan, ha declarado que la presencia de Noriega en Panamá es "insostenible". El portavoz criticó duramente al militar por anteponer "sus intereses personales a los de Panamá".]

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