Adelgazar de nervios
La anorexia, un trastorno frecuente que provoca graves reducciones de peso
El peso corporal y la cantidad de alimentos necesaria para mantener la salud son muy variables de unas personas a otras. Enmascarada en esa variabilidad pueden camuflarse a veces conductas alimenticias que desbordan los limites de la normalidad. Éste es el caso de la enfermedad denominada tradicionalmente síndrome de las tres aes, porque cursa con anorexia, adelgazamiento y amenorrea. La anorexia nerviosa es un miedo patológico a engordar, con disminución de la comida y pérdida significativa de peso. Si esas alteraciones no obedecen a una enfermedad orgánica, se deben, generalmente, a un trastorno de tipo psicológico que precisa tratamiento.
Para Enrique González Duro, psiquiatra del hospital Gregorio Marañón, de Madrid, esta enfermedad "está en relación con las sociedades bien alimentadas y es típica de los países desarrollados". Señala que la incidencia de la anorexia en nuestro país es escasa, pero que no se puede saber exactamente porque no existen datos epidemiológicos. "En cualquier caso", añade, "por mi experiencia personal se trata de un trastorno cada día más frecuente".Las enfermas que padecen anorexia nerviosa, generalmente adolescentes, tienen auténtico pánico a engordar y se niegan a mantener su peso. Son chicas que se miran frecuentemente al espejo, preocupadas por su figura, pero no se ven a sí mismas. Tienen alterada su imagen corporal, y donde deberían reconocer un cuerpo normal o incluso delgado sólo ven a una persona tirando a gorda. Por ello, llegan a aborrecer la comida y con el tiempo pueden perder un 25% de su peso original. Este adelgazamiento progresivo acaba por producir un estado de desnutrición.
Que coman otros
El término anorexia (falta de apetito) es incorrecto, ya que la inapetencia suele ser infrecuente hasta que no llegan a una fase avanzada de la enfermedad. Sin embargo, el origen nervioso -mejor psicógeno- parece que está fuera de toda duda. Se trata de una actitud de rechazo a la comida, incapaz de ser superada por el hambre, los consejos o incluso los castigos.Estas enfermas no quieren comer y recurren a toda clase de estratagemas para no alimentarse: desde fingir haber comido hasta vomitar inmediatamente después de comer. Por lo general, ocultan los alimentos, que acaban en el cubo de la basura. Una actitud muy frecuente en las personas que sufren este trastorno es que preparen comidas muy elaboradas para los demás, pero tiendan a limitar las suyas con alimentos de bajo contenido calórico. Muy a menudo son presas de la fiebre de los light.
La amenorrea, o ausencia de la menstruación, suele ocurrir antes de que pueda observarse una gran pérdida de peso. Sólo después aparece la anorexia. Las jóvenes anoréxicas aparentan tener más edad de la real por su aspecto esquelético, son poco más que huesos y piel y pueden llegar a pesar menos de 30 kilos. A veces toman laxantes o diuréticos para potenciar su adelgazamiento. Pero, a pesar de este cuadro, conservan un nivel de actividad inconcebible para su estado físico.
Según las estadísticas estadounidenses -no siempre concordantes con nuestra realidad social-, se calcula que una de cada 250 mujeres comprendidas entre los 12 y los 18 años (grupo de edad de alto riesgo) puede padecer esta enfermedad. Más raramente se presenta en mayores de 20 años, y se ha descrito algún caso tardío de aparición a los 45 años. Pueden padecerla también los varones, pero aproximadamente el 95% de los pacientes de anorexia son mujeres.
Todos estos datos, según González Duro, "no son casuales, porque la anorexia nerviosa es una enfermedad típicamente juvenil, que tiene mucho que ver con la pubertad y las transformaciones psíquicas y corporales que en ella se producen". En la adolescente estos cambios son más llamativos que en el chico, y la dificultad de asumirlos origina, en opinión de este psiquiatra, este trastorno.
Miedo a crecer
"La anorexia nerviosa supone una negativa inconsciente a crecer, a enfrentarse con lo sexual. La ostensible delgadez significa la supresión de las formas femeninas. Así, con la enfermedad de pantalla, no llaman la atención y se ven libres de todo acoso por parte de los chicos. Quieren seguir siendo niñas, dependientes y sin las responsabilidades de su edad. Esta actitud, como en todo trastorno neurótico, persigue una ganancia: evitar la ansiedad, provocada en este caso por el temor al impulso sexual", explica González Duro.El tratamiento de la anorexia nerviosa suele asumirlo un psiquiatra o psicólogo y puede hacerse desde las diferentes orientaciones, ya sean de corte conductista, psicodinámico o biológico. Generalmente se propone la psicoterapia, que puede incluir también a la familia, sobre todo a la madre, por estar más directamente implicada. Pero también se ha visto la eficacia de los tratamientos farmacológicos, especialmente los antidepresivos.
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