Un 'faisán dorado' para alimentar a la 'contra'
El envío de soldados a Honduras, otra batalla política de propaganda de Reagan sobre Centroamérica
La operación Golden Pheasant (Faisán Dorado), el despliegue de 3.200 soldados norteamericanos a Honduras, durará 10 días, anunció ayer el secretario de Defensa, Frank Carlucci. El envío simbólico de cuatro batallones está convirtiéndose en una de las mayores batallas políticas de propaganda y desinformación de la Administración de Reagan sobre Centroamérica. El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió ayer a petición de Nicaragua, que considera "amenazada su seguridad nacional" tras el despliegue de tropas estadounidenses y los ataques hondureños en su territorio.
La invasión tuvo ayer el efecto buscado por el presidente. Un grupo de senadores, republicanos y demócratas, presentaron una propuesta solicitando al Congreso 48 millones de dólares (5.520 millones de pesetas) de nueva ayuda para los contras para un período de un año y como ayuda humanitaria, pero también para transportar armas almacenadas y no entregadas.Centenares de personas se manifestaron ayer en Washington, San Francisco, Boston y Minneápolis -donde quemaron una bandera norteamericana- contra el envío de tropas a Centroamérica, advirtiendo contra un "nuevo Vietnam". Fuentes militares estadounidenses en Honduras dijeron que algunas unidades de la 82ª División Aerotransportada realizarán maniobras con fuerzas hondureñas a 64 kilómetros de la frontera con Nicaragua.
Cuarenta y ocho horas después de iniciada la operación Golden Pheasant, Washington no ha conseguido demostrar que se haya producido la invasión de Honduras, y tampoco que el presidente hondureño, José Azcona pidiera específicamente ayuda militar. Se ha confirmado que a las 1.2.55 del miércoles (hora de Washington), la 82ª División Aerotransportada ya estaba preparándose para embarcar hacia Honduras, ocho horas antes de que Regara la carta de Azcona "una mera formalidad", según fuentes de la Administración.
Lo ocurrido demuestra que Honduras -que suele recibir aquí el calificativo de la república en alquiler- es un Estado cliente de EE UU, afirmó el senador Claiborne Pell, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Pell dijo que la fuerte ofensiva sandinista contra los contras puede tener sentido militarmente, pero es una torpeza política. Esta visión es compartida por bastantes congresistas, incluidos demócratas, que estiman que la Casa Blanca mejora sus posibilidades de obtener nueva ayuda para los antisandinistas en el Congreso.
Los cinco aspirantes demócratas a la presidencia criticaron ayer el envío de tropas a Honduras. Jesse Jackson dijo que se trata de desviar la atención de los procesamientos de los hombres de Reagan por el Irangate; Gephardt advirtió que puede arrastrar a Estados Unidos hacia la guerra, y Michael Dukakis lo calificó de "gesto vacío", porque no existe una amenaza militar contra Honduras. "No sé de nada que justifique enviar soldados. Algunos en la Casa Blanca están haciendo todo lo posible por mantener la guerra", declaró Jim Wright, el speaker (presidente) de la Cámara de Representantes.
La "interpretación cínica" de que la Casa Blanca está inflando la ofensiva sandinista para lograr que el Congreso vuelva a aprobar ayuda militar a la contra está justificada por el balance de Reagan de "siete años de engaño, arrogancia y desprecio por la diplomacia en Nicaragua", afirmó ayer en su editorial The New York Times. "Estos antecedentes", añade, "han originado una amplia pérdida de confianza en la palabra de la Administración que culminó en los procesamientos criminales del miércoles".
Herblock, el Mingote de los dibujantes norteamericanos, pintaba ayer en su viñeta a Reagan enseñándole al vicepresidente George Bush a pulsar un botón en su despacho con el rótulo "tropas a algún sitio". En la pared hay dos cuadros con las leyendas "invasión de Granada dos días después del desastre de Líbano" (muerte de 240 marines) y "tropas a Honduras horas después de los procesamientos del Irán-contra".
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