El Gobierno panameño declara el estado de urgencia

El Gobierno panameño declaró ayer a última hora el estado de urgencia en todo el territorio, después de reconocer "una real situación de guerra no declarada", según un comunicado oficial del Consejo de Ministros firmado por el presidente en funciones, Manuel Solís Palma.El decreto autoriza a las autoridades a adoptar "las medidas adecuadas para el mantenimiento del orden público y el rechazo de los ataques internos y externos contra la economía nacional".

Los 75 dólares entregados a los funcionarios públicos y el impacto producido por el frustrado golpe militar del miércoles pasado sirvieron como balón de oxígeno para el hombre fuerte panameño, general Manuel Antonio Noriega, quien, sin embargo, ha tenido que hacer importantes reajustes en los mandos de las Fuerzas de Defensa para mantener su poder.

Las calles de la capital panameña vivieron ayer la primera jornada de tranquilidad de esta semana, pero nadie confía en que la calma pueda ser algo más que el preludio de una nueva tormenta.

Como nuevo elemento de tensión, se produjo en la noche del jueves la detención en el centro de Panamá de cuatro soldados norteamericanos vestidos de civil y, según la información oficial armados con pistolas. De acuerdo a fuentes diplomáticas, fueron liberados después de que se comprobase que eran miembros de la policía militar en cumplimiento de un servicio legal. Las fotos de los cuatro norteamericanos aparecían ayer en la Prensa oficial antecediendo a un comentario en el que se señalaba que esto "pone de manifiesto una vez más la intervención estadounidense en los asuntos internos panameños".

Las fuerzas de EE UU en la zona del Canal permanecen en estado de alerta e intermitentemente se recuerda a los soldados y civiles norteamericanos, a través de la televisión, las medidas que deben cumplir en estas circunstancias, entre ellas, las de no utilizar los teléfonos más que para casos urgentes. Las clases en los colegios norteamericanos han sido suspendidas.

Presión sobre Noriega

La presión sobre Noriega sigue siendo enorme, pero la que se consideraba semana clave para su salida del poder está a punto de acabar y el general sigue en su cargo. Para ello ha tenido que hacer una significativa limpieza dentro de las fuerzas armadas.En la tarde del jueves fueron anunciados los pases a retiro del jefe del servicio secreto (G-2), coronel Bernardo Barrera, y de cuatro oficiales de la policía. Esto se suma a las detenciones de los considerados cabecillas del levantamiento del miércoles, entre ellos, el jefe de la policía, coronel Leónidas Macías, y otros destacados oficiales del G-2.

[El presidente Reagan envió ayer a Panamá a un alto cargo del Departamento de Estado para negociar los términos de la salida de Noriega del poder, anunció anoche la cadena de televisión norteamericana CBS, informa Francisco G. Basterra.]