Compromiso en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU para resolver el enfrentamiento Cuba-EE UU
El consenso triunfó anoche en el Palacio de las Naciones de Ginebra sobre el enfrentamiento que mantenían Estados Unidos y Cuba desatado por la presentación de una propuesta norteamericana para que se investigaran los derechos humanos en Cuba y contestada por el país caribeño con la presentación de otra propuesta más radical para que se condenara a Washington por discriminación racial. Una iniciativa latinoamericana que recogía el compromiso cubano, expresado en la invitación al presidente y a cinco miembros de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU para que visiten Cuba y analicen sobre el terreno la situación de los presos, logró poner fin a la disputa en que se vio envuelta la comunidad internacional.
Raúl Roa, viceministro de Exteriores y jefe de la delegación cubana, agradeció a Argentina, México, Colombia y Perú, países que apadrinaron el compromiso, el apoyo recibido así como a "otros países que no deseaban ser arrastrados a una confrontación".Armando Valladares, jefe de la delegación estadounidense, se congratuló también de haber logrado la pretensión norteamericana de que se investiguen los derechos humanos en Cuba. El presidente de la comisión, el senegalés Aliune Sene, recibió la propuesta de compromiso presentada oficialmente por Colombia e indicó que con ésta Estados Unidos y Cuba retiraban sus respectivas propuestas. El Palacio de las Naciones fue ayer un auténtico hervidero de tensiones, corrillos y encierros a puerta cerrada de unos y de otros. Las posturas se fueron radicalizando con el paso de las horas y a finales de la tarde pocos esperaban ya una concertación que fue recibida como una bocanada de aire fresco.
Argentina parece haber sido el país que más empeño ha puesto en lograr que Cuba cediera y abriera las puertas de sus cárceles a la comisión y que al mismo tiempo se evitase el triunfalismo estadounidense de la condena a Cuba.
"Ambos países han cedido. Si existen denuncias sobre violaciones a los derechos humanos, nadie se puede oponer a que las investiguen, pero este principio tampoco puede ser utilizado con fines propagandísticos por ningún país para imponerse a otro", afirman fuentes latinoamericanas. En la delegación española se respiraba también satisfacción por esta vía intermedia que han logrado los países latínoamericazos.
Agobiante politización
El enfrentamiento entre Washington y La Habana ha sido tan duro y la politización hecha por Estados Unidos tan agobiante que, sobre todo ayer, los delegados gubernamentales de los 43 países miembros de la comisión, de los numerosos países observadores y de las organizaciones no gubernamentales que asisten a la comisión aprovechaban para tomar café cuando se tenía certeza de que nada relacionado con Cuba iba a debatirse. Así, propuestas como la violación de los derechos humanos en Chile, que eran consideradas muy importantes, se quedaron oscurecidas en medio de la humareda cubana."Esta resolución no es una condena a Cuba ni es un intento de derrocar al régimen actual de ese país", dijo Valladares por la mañana en defensa de la propuesta que presentaba.
Sin embargo, fuentes latinoamericanas indican que si Estados Unidos se moviera realmente por una preocupación humana habría presentado la propuesta a la subcomisión para su estudio, siguiendo así el procedimiento normal que tiene este organismo internacional. "Si la propuesta estadounidense hubiera pasado cualquier país puede aparecer mañana y presentar una demanda contra otro ante el pleno, como han hecho ellos. Entonces esta comisión no tendría sentido. Estamos aquí para que se defiendan los derechos del individuo y esta labor no debe de menospreciarse", añaden. La propuesta de compromiso presentada por América Latina fue apoyada por todos los países no alineados, de ahí que de haberse votado habría obtenido la mayoría ya que son 22 los actualmente miembros de la comisión. Otros países, entre ellos España, seguramente la habrían apoyado. Sin embargo, en la sala podía verse la voluntad de los países miembros de que se llegara a un arreglo que no les obligara a tener que votar por una u otra posición.
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