Viaje y sonrojo

El 21 de febrero publicaba EL PAÍS una carta entrañable de una anciana asturiana casada con un hombre de 80 años, militar republicano, pendiente de la aplicación de una sentencia del Tribunal Constitucional del 7 de julio de 1987. Aunque ustedes la titulaban Viaje, no era eso lo más destacado.Lo que destacaba, y debería causar sonrojo a las personas de la Administración socialista, es que esa sentencia que afecta a un colectivo de españoles con una media de edad de 75 años no parece que tengan intención de cumplirla, o la demora obedece a que como beneficia a unas personas tan mayores lo más natural es que nos vayamos reduciendo por consunción física, y así se ahorran ese presupuesto tan necesario para superiores fines de la defensa nacional.

Esta insensibilidad administrativa para este grupo de ciudadanos resulta de evidente inhumanidad y es además discriminatoria. No terminan de comprender que si la guerra civil está superada, todavía quedamos supervivientes esperando, una vez más, no que se nos haga justicia, sino que se cumpla con la justicia dictada por el más alto tribunal de la nación.-