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El optimismo rodea la visita de Shultz a Moscú

Pilar Bonet

El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, y el ministro de Exteriores soviético, Edvard Shevardnadze, iniciaron ayer en Moscú dos jornadas de conversaciones, en un clima de optimismo, sobre las posibilidades de firmar un acuerdo de reducción de armas estratégicas durante la próxima cumbre soviético-norteamericana. A última hora de la tarde, ambos ministros estaban "de acuerdo, sin ninguna vacilación, en que la atmósfera fue excelente" y en que "las conversaciones progresaban", manifestó el portavoz del Departamento de Estado, Charles Redman, en una conferencia de prensa conjunta con su colega soviético, Guenadi Guerasimov, jefe de Información del Ministerio de Exteriores de la URSS.

Éste anunció la preparación de un comunicado conjunto sobre los resultados de las conversaciones de Moscú, lo que es otro indicio positivo. La URSS reitera, según dijo Guerasimov, su disposición para obtener un nuevo acuerdo de desarme nuclear señalando, sin embargo, que los planes de compensación de los cohetes de alcance medio y más corto (de 5.000 a 500 kilómetros) "no son compatibles" con "las tendencias positivas de reforzamiento de la seguridad europea".Shultz, que llegó por la mañana procedente de Helsinki y acompañado de una amplia de legación, trató con Shevardnadze sobre temas de derechos humanos para pasar después a los de control de armamento que ocuparon la última parte de la mañana, antes del almuerzo, y las reuniones de la tarde. En una última sesión nocturna debían abordar temas regionales.

Afganistán

Antes, el primer viceministro de Exteriores soviético, Yuli Vorontzov, y el vicesecretario de Estado de Asuntos Políticos norteamericano, Michael Armcost, habían tratado de Afganistán, el conflicto entre Irak e Irán y la situación en Angola. Las respectivas delegaciones se habían dividido en grupos y subgrupos, de acuerdo con los distintos temas del programa organizado por la mañana, nada más llegar Shultz a la villa neogótica decimonónica del centro de Moscú que fue el escenario de las negociaciones.

"Hay una oportunidad, una buena oportunidad", dijo Shevardnadze a los periodistas que aguardaban su llegada a la villa, en respuesta a las preguntas sobre las perspectivas de que un acuerdo de reducción de los arsenales estratégicos en un 50% esté listo para el viaje a Moscú que el presidente norteamericano, Ronald Reagan, realizará en mayo o junio próximos. Redmand mencionó las fechas comprendidas entre mediados de mayo y principios de junio como las más probables.

Las conversaciones de Ginebra para lograr el acuerdo sobre armas estratégicas se desarrollan con un ritmo muy lento, ya que se encuentran en un período de elaboración muy técnico. Los conflictos regionales, y especialmente el de Afganistán han ampliado así su protagonismo en el temario de Shultz en Moscú. El secretario de Estado norteamericano se entrevista hoy con el líder soviético, Mijail Gorbachov, y el jefe del Gobierno, Nikolai Rizhkov. El encuentro con Gorbachov "es de la máxima importancia", dijo Guerasimov, que se permitió incluso leer un verso propio, escrito en inglés, sobre la importancia de la intervención ministerial para dinamizar una negociación. El verso, con rima y todo, fue aplaudido.

En Helsinki, Shultz había expresado su esperanza en un próximo fin de la guerra de Afganistán y señalado que trataría de clarificar la oferta realizada por Gorbachov, quien ha anunciado el comienzo de la retirada de las tropas soviéticas a partir del 15 de mayo próximo, si se llega a un acuerdo en la negociación entre Pakistán y Afganistán, en Ginebra, para el 15 de marzo próximo.

Pakistán, sin embargo, ha insistido en la creación de un Gobierno de coalición provisional en Kabul antes de que se firme un acuerdo que garantice el retorno de los refugiados y la salida de las tropas soviéticas, calculadas en 115.000 hombres por los expertos militares occidentales.

Visita a Sajaroy

El secretario de Estado norteamericano ofreció anoche una recepción en la Embajada de EE UU a los ciudadanos soviéticos a quienes las autoridades niegan el visado para reunirse con sus familiares norteamericanos. El programa dominical de Shultz se completó con una visita al domicilio del profesor Andrei Sajarov, el premio Nobel de la Paz considerado un símbolo en la historia de la lucha por los derechos humanos en la URSS. Sajarov dijo haber expuesto a Shultz su deseo de que EE UU muestre comedimiento en el programa de la guerra de las galaxias.

Sajarov, que hablaba con los periodistas en la calle, exhortó a Washington a observar el tratado ABM de 1972, que impide el desarrollo de la Iniciativa de Defensa Estratégica. Sajarov se mostró favorable a la celebración de una conferencia sobre derechos humanos en Moscú cuyas condiciones no serían los cambios en la ley soviética, como quiere Occidente, sino la liberación de todos los prisioneros de conciencia y el fin de la guerra que se libra en Afganistán.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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