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Un corazón artificial salva la vida, por primera vez en España, a un enfermo cardiaco irreversible

Milagros Pérez Oliva

Un enfermo del corazón en fase terminal, Fernando Bonifacio, de 38 años, salvó ayer la vida gracias a un corazón artificial, al que fue conectado en el hospital de Sant Pan de Barcelona, después de haber fracasado la operación de trasplante de corazón a la que había sido sometido horas antes. El corazón artificial, que se ha utilizado por primera vez en España es del modelo Jarvik 7, el mismo que se usó por primera vez en la universidad de Utah, en Estados Unidos, con el dentista Barney Clark, de 61 años, que sobrevivió 112 días conectado al corazón artificial y murió el 26 de marzo de 1983. A diferencia de Barney Clark, Fernando Bonifacio puede ser sometido a una nueva operación de trasplante, por lo que su conexión al corazón artificial es temporal y tiene como finalidad mantenerle con vida hasta el nuevo trasplante.

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El artilugio que sustituye al corazón está formado por una prótesis, que se implanta en el tórax, conectada a una consola que alimenta y controla su funcionamiento.Fernando Bonifacio, casado y vecino de Barcelona, padecía una cardiopatía isquémica en fase terminal, por lo que su única posibilidad de supervivencia era el trasplante de corazón. Por esta razón, el paciente fue trasladado desde el hospital Clínico de Barcelona, donde se le había diagnosticado la grave dolencia hace tres años, hasta el hospital de Sant Pau, que es el centro acreditado en Cataluña para hacer este tipo de trasplante. Fernando Bonifacio había sufrido un infarto en 1984 y otro hace algo más de un mes, tras el cual fue diagnosticado como candidato al programa de trasplantes y transferido al hospital de Sant Pau.

Dada la gravedad de su estado, el paciente fue inmediatamente preparado para ser sometido a la operación en cuanto surgiera la donación de un corazón compatible con su organismo. Esta oportunidad se presentó el pasado martes por la noche y el equipo médico decidió realizar inmediatamente la intervención. El de Fernando Bonifacio era el trasplante de corazón número 45 que se realizaba en el hospital desde que se inició el programa, en mayo de 1984, bajo la dirección del doctor Josep Maria Caralps.

La operación se prolongó por espacio de varias horas y culminó con éxito en la madrugada del miércoles. El enfermo sobrevivió con el nuevo corazón durante toda la jornada del martes, pero el funcionamiento del órgano implantado fue presentando problemas cada vez más graves a lo largo del día, hasta que se comprobó que no llegaría nunca a funcionar correctamente. El equipo médico se planteó entonces la posibilidad de efectuar un retrasplante, es decir, retirar el órgano trasplantado e implantar un nuevo corazón humano. En el hospital de Sant Pau se habían efectuado antes dos retrasplantes. En este caso, sin embargo, la operación no fue posible por falta de un corazón compatible en ese momento. El equipo médico decidió entonces recurrir al corazón artificial.

El enfermo había firmado la autorización para que le fuera efectuado un trasplante de corazón y en ese momento se encontraba en estado de schoc, por lo que fue su esposa quien firmó la autorización para que se le implantase el corazón artificial. La operación se inició a las 22 horas del miércoles, dirigida por el doctor Alejandro Arís, que comparte con el doctor Caralps la jefatura de la unidad de Cirugía Cardíaca.

Sin peligro de rechazo

Participaron además el doctor Josep María Padró y un equipo de anestesistas, enfermeras y auxiliares sanitarios compuesto por 15 personas. Los doctores Arís y Padró habían comenzado a prepararse en esta nueva técnica hacía dos años y recientemente habían asistido en París, junto a dos anestesistas y un ingeniero de Sant Pau, a un curso de perfeccionamiento. El corazón artificial funcionó correctamente desde el primer momento y Fernando Bonifacio pudo salvar la vida. Ayer por la mañana permaneció en la unidad de quirófanos en previsión de que pudiera surgir algún problema, pero fue trasladado por la tarde a la unidad de cuidados intensivos.

El doctor Asís manifestó que su situación era estable, que tenía buen color y que mantenía correctamente las constantes 'vitales. La única anomalía observada era una cierta retención de. líquidos, que no fue considerada inquietante. En este caso no existe riesgo de rechazo, puesto que no se trata de un implante orgánico.

El equipo de cirujanos de Sant Pau ha realizado 45 trasplantes de corazón a 43 pacientes, de los que en estos momentos sobreviven 34.

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