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Giovanni Goria presenta su dimisión como presidente del Gobierno italiano

Juan Arias

El democristiano Giovanni Goria se vio obligado a dimitir ayer como presidente del Gobierno italiano frente a la testarudez de un grupo de diputados, probablemente de su mismo partido, que en el secreto de las urnas continuó boicoteando el proyecto de ley de balances económicos de los ministerios, como ya había hecho otras siete veces con la ley de presupuestos.Esta última ley había sido aprobada el viernes pasado porque el secretario de los socialistas, Bettino Craxi, había alertado que en caso contrario no sólo habría sido inmediata la crisis del Gobierno -integrado por democristianos, socialistas, republicanos, socialdemócratas y liberales- sino también la disolución misma del Parlamento.

Pero los llamados francotiradores -parlamentarios de la mayoría, pero que votan contra el Gobierno- lo que deseaban era la dimisión de Goria y volvieron a la carga en la votación de los balances ministeriales. Se llegó al bochorno de que, con un voto secreto, quedara rechazado el balance del presupuesto de la misma Presidencia del Gobierno.

En ese punto toda la oposición pidió oficialmente y con fuerza la dimisión del Gobierno de Goria y éste, tras un rápido consejo de ministros, se presentó ante el Parlamento para anunciar, con palabras muy duras, su decisión de presentar la dimisión al presidente de la República, Francesco Cossiga. El presidente pidió a Goria, como es de rigor, que permaneciera en el cargo para atender asuntos urgentes.

Goria dijo en el Parlamento que su resistencia a dimitir los días pasados se había basado sólo "en el sentido de responsabilidad" para que pudiera aprobarse cuanto antes la importantísima ley de Presupuestos del Estado. Y añadió que ahora lo hacía porque había podido comprobar que "dicha responsabilidad no existe en algunos diputados de la misma coalición de Gobierno". Ahora se abre una crisis doblemente grave de un Gobierno que ya había nacido débil el pasado 29 de julio por falta de una mayoría "política" que le habían negado los socialistas.

La crisis ha estallado cuando aún no ha sido aprobada definitivamente por el Senado la ley de Presupuestos y cuando está en curso la aprobación de los balances ministeriales. Y no se sabe cómo podrá resolverse el caso jurídicamente.

Además, por primera vez, una crisis de gobierno se produce cuando hay una huelga total de periódicos, que no salieron ayer ni saldrán hoy a la calle. Los comunistas y toda la oposición habían subrayado ayer que "se estaba humillando al Parlamento".

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