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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Las mentiras del presidente

LA COMISIÓN de historiadores encargada de esclarecer el papel de Kurt Waldheim durante la II Guerra Mundial ha entregado su informe al Gobierno austriaco. Éste pretendía lograr un estudio objetivo, "por encima de toda sospecha", con el cual se pondría fin a la campaña que se viene desarrollando en numerosos países sobre la conducta del presidente de Austria en el período en que estuvo en el Ejército hitleriano. Pero el informe de los historiadores no parece responder a lo deseado por el Gobierno de Viena. Incluso sí es conocido que los historiadores, bajo la presión de las autoridades austriacas, han modificado las frases que contenían las acusaciones más graves contra Waldheim. Ello deja en entredicho la validez del informe como estudio histórico plenamente objetivo.Por otra parte, una serie de documentos yugoslavos que han aparecido recientemente, y que agravan las culpas de Waldheim, no han sido incluidos en el informe. Sin embargo, el propio Waldheim ha reconocido que pueden ser auténticos. Por tanto, es lógico suponer que las culpas reales en las que ha incurrido Waldheim son superiores a las registradas en el informe. A pesar de lo cual, las conclusiones del informe, lejos de desmentir, confirman en una amplia medida las acusaciones que han circulado sobre el presidente austriaco.

Es cierto que la comisión no ha encontrado pruebas irrefutables de que Waldlieim haya cometido crímenes de guerra. En realidad, casi nadie pensaba que tales pruebas apareciesen. Pero la comisión ha establecido hechos gravísimos de su conducta durante la guerra: estuvo al corriente de muchos de los crímenes cometidos por el nazismo, deportaciones de judíos y de otras personas, ejecuciones de civiles, acciones de represalia. Cursó órdenes, como teniente en un Estado Mayor del Ejército hitleriano que ocupaba Yugoslavia, relacionadas con las deportaciones. Mientras otros oficiales lograron pasar a otras funciones, para no tomar parte en acciones tan repulsivas, Waldlieim siguió desempeñándolas.

¿Qué ocurrirá después de la publicación del informe? El antiguo canciller Bruno Kreisky ha declarado que un país como Austria "no puede permitirse un presidente que no esté en armonía con la verdad". Sin embargo, Waldheim parece resuelto a mantenerse en el cargo para el cual ha sido elegido, sin tener en cuenta el daño que ello representa para el lugar de Austria en la escena internacional. En último extremo, a las fuerzas políticas austriacas corresponde tomar posición ante este problema, una vez que el blanqueamiento de Waldheim por la comisión objetiva de historiadores a todas luces ha fracasado.

El caso Waldheim está rodeado de mentiras políticas por todos lados. No sólo ha mentido él sobre su pasado. Está rodeada de oscuridad y de mentiras la actitud de las grandes potencias que le eligieron en 1971 -y de nuevo en 1976- como secretario general de la ONU, sin escatimar elogios a su personalidad. No es verosímil que ignorasen las acusaciones que pesaban sobre él. Curiosamente, fue China la que en ambas ocasiones puso más dificultades a su nombramiento, si bien al final retiró su veto. ¿Por qué ese silencio sobre el pasado de Waldheim? Algunas organizaciones privadas que ahora participan en la campaña contra Waldlieim pudieron ignorar en 1971 lo que ahora saben. En cambio, los Gobiernos -o algunos de éstos- consideraban probablemente útil tener como secretario de la ONU a una persona sobre la cual se podía ejercer fuertes presiones a causa de hechos no desvelados de su pasado.

La verdad no es la cualidad que brilla con más frecuencia ni en la vida política ni en la diplomacia. Considerar que el hecho de haber mentido descalifica a Waldheim como político sería olvidar que las lecciones de Maquiavelo siguen teniendo muchos adeptos en el mundo de nuestros días. Pero la imprudencia y la soberbia que han caracterizado la actitud del presidente austriaco en este caso, y el daño que con todo ello está ocasionando a sus compatriotas, no pueden echarse en saco roto.

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