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El 'caso Waldheim' amenaza con deteriorar las relaciones entre Austria y Yugoslavia

HERMANN TERTSCH ENVIADO ESPECIALEl Gobierno yugoslavo tomó ayer la iniciativa en el escándalo en torno al documento que implica al presidente austríaco, Kurt Waldheim, en crímenes cometidos por el Ejército alemán en territorio yugoslavo durante la II Guerra Mundial. Los últimos acontecimientos, con la continua aparición de supuestos documentos oficiales sobre el jefe del Estado austriaco, amenazan con un deterioro de las relaciones de Yugoslavia con su vecina Austria, que podría repercutir negativamente en la ya crítica situación económica yugoslava.

En Austria, los medios de comunicación que siguen defendiendo a Waldheim contra la agresión extranjera se han volcado en una campaña de ataques contra Belgrado, los partisanos y los historiadores que denuncian al presidente.Si al principio del escándalo Waldheim, hace dos años, atacaban a los "círculos judíos y sus maquinaciones" y después a Washington por su decisión de vetar la entrada en Estados Unidos a Waldheim, ahora es el lobby partisano el acusado de intentar desprestigiar a Austria. La identificación entre el presidente Waldheim y Austria que estos medios hacen vuelve a tener resultados.

Según una encuesta que hoy publicará el semanario Wochenpresse, el 72% de los austriacos quiere que el jefe del Estado siga en su cargo. Hace unos meses eran menos. Los ataques del exterior, las arengas nacionalistas de la prensa y la indignación por el hecho de que las nuevas acusaciones vengan de un semanario alemán, Der Spiegel, que ha alimentado el tradicional sentimiento antialemán de los austriacos, han creado una nueva oleada de solidaridad con Kurt

Waldheím.

Tras dos años de absoluto mutismo al respecto, Be1grado anunció ayer un próximo comunicado oficial sobre las informaciones de que dispone en relación con la actuación del jefe del Estado austriaco, Waldheim, en territorio yugoslavo durante la II Guerra Mundial.

Plenca, interrogado

El historiador Dusan Plenca fue interrogado ayer por la policía yugoslava. Belgrado responde así a las crecientes críticas por su inactividad ante las continuas informaciones sobre nuevos documentos de procedencia indeterminada que están apareciendo prácticamente a diario en Yugoslavia.

Todos estos documentos que supuestamente implican a Waldheim en crímenes deberían hallarse, de ser auténticos, en archivos oficiales yugoslavos y no en manos privadas, como parece se el caso.La actitud del Gobierno yugoslavo en el caso Waldheim hizo que la comisión de historiadores solicitara el miércoles oficial mente a Belgrado que presente los documentos que los historia dores dicen haber examinado e archivos estatales. El informe final de la comisión será entregada al canciller federal Franz Vranizky el próximo lunes.

El canciller, que se hallaba ayer de visita en París, dio orden a la embajada austriaca en Belgrado que solicite al Gobierno yugoslavo una inmediata clarificación de una situación que calificó de insoportable, al tiempo que mostró su irritación porque su presencia en Francia y sus entrevistas con el primer ministro, Jacques Chirac, y el presidente François Mittterrand, con importantes cuestiones pendientes a discutir, se ha visto de nuevo totalmente eclipsada por el escándalo en torno a la actuación de Waldheim.

El interrogatorio a que fue sometido el historiador Plenca es un indicio de que el Gobierno de Be1grado ha llegado a la conclusión de que ya no puede mantenerse al margen del escándalo sin verse perjudicado.

Ayer seguía sin aparecer el original del documento que cita a Waldheim ordenando la deportación de más de 4.000 yugoslavo a campos de concentración.

El propio Waldheim hizo unas declaraciones en las que no excluye que el telegrama sea auténtico y asegura que podría referirse a transporte de refugiados, ignorando que en el texto citado se habla expresamente de prisioneros y de dos campos de concentración.

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