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Ultraderechistas se atribuyen el asesinato de tres jóvenes en Chile

El ultraderechista Frente Nacionalista de Combate (FNC) se atribuyó ayer la autoría de un atentado con 10 kilos de explosivo que el domingo costó la vida a tres estudiantes izquierdistas, en venganza por la muerte, hace una semana, del jefe de la policía antiterrorista, Julio Benimeli, en otra explosión.En llamadas telefónicas a dos emisoras de radio el FNC dijo que los tres jóvenes (Fernando Villalón, 22 años; Claudio Paredes, 18; y Nelson Garrido, 25) eran "fieles a Moscú" y anunció que por cada militar muerto mataremos a tres terroristas". La policía había informado previamente que los estudiantes murieron al manipular una bomba que pretendían colocar.

El comienzo de una guerra sucia entre grupos extremistas contrastó ayer con el optimismo que predominaba en la mayor parte de la oposición política chilena tras la firma, el martes, de un acuerdo entre 13 partidos para participar en el plebiscito de sucesión presidencial previsto para finales de este año y votar no al candidato oficial, presumiblemente el general Augusto Pinochet. Dirigentes sindicales y estudiantiles se han sumado al llamamiento, al tiempo que el Gobierno busca cerrar filas criticando el consenso por el no.

Confrontación electoral

Con el llamamiento, la oposición camina hacia una confrontación electoral contra Pinochet. Los 13 partidos, la coalición más amplia constituída por la oposición en los 14 años de dictadura, declararon que descalificarán el plebiscito si no hay garantías de limpieza, pero en las radios ya se difunde el himno Vamos a ganar de la oposición y se multiplican pintadas con textos que dicen "Sí a Chile" y "No al tirano".El secretario general del Partido Socialista, Ricardo Núñez, afirmó que la oposición "formará militantes para que vigilen cada una de las 22.000 mesas de votación en Chile". Manuel Bustos, presidente del Comando Nacional de Trabajadores (CNT), la más importante central sindical, declaró a este diario que "por fin los políticos se pusieron de acuerdo en un llamado simple y no excluyente" y apoyó a los 13 partidos. Una declaración de 80 dirigentes estudiantiles pidió a la población organizarse para controlar los votos y defender la mayoría que se conquistará en las urnas. El hecho de que el partido comunista no suscribiera el acuerdo porque cree que el plebiscito no conduce a la democracia, no inquieta al resto de la oposición. Los políticos creen que los comunistas terminarán negociando su adhesión.

El régimen, por su parte, ha vuelto a criticar la unión de "cristianos y marxistas" y ha desmentido que se vaya a modificar la Constitución, como lo había sugerido días atrás un dirigente derechista. Numerosas voces cercanas al régimen militar sostienen que Pinochet podría reemplazar el plebiscito presidencial por unas elecciones libres, lo que desuniría a la oposición y daría más posibilidades de triunfo al candidato gubernamental.

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