Política exterior inalterable

Cualquiera que sea el resultado de la elección presidencial, lo que está claro para todos es que la política exterior de Finlandia seguirá inalterable. Si acaso se procurará acentuar 'una tendencia a abrirse hacia el mundo, como la mejor forma de afianzar su fisonomía internacional.Esa neutralidad, cimentada en lo que dio en llamarse la línea Púasiviki-Kekkoneni quedó plasmada en el tratado de 1948 entre este país y la Unión Soviética, defendido por el entonces presidente, Kekkonen, en 1974, diciendo: "No ofrecemos nuestros tratados con la URSS como modelos para otros Estados del mundo, pero ofrecemos como modelo sus consecuencias: una cooperación basada en la confianza mutua de dos Estados con diferentes sistemas sociales".

Con estas palabras Kekkonen salía al paso del peyorativo concepto de finlandización acuñado en política internacional y que sugería la dependencia en que puede quedar un país de Europa respecto a la URSS.

Colocada en una difícil situación geopolítica, con fronteras tanto con la URSS como con Noruega, integrante de la Alianza Atlántica, Finlandia procura afianzar su neutralidad, impulsar el acercamiento entre los bloques y propiciar soluciones pacíficas de los conflictos como la mejor forma de preservar su propia tranquilidad. Sobre esto y sobre las relaciones con la URSS está de acuerdo en Finlandia todo el espectro político.