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El fiscal del Estado de Colombia, asesinado por narcotraficantes

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El procurador general de Colombia (fiscal del Estado), Carlos Mauro Hoyos, fue asesinado ayer por un grupo de narcotraricantes colombianos, denominado Los Extraditables. En una firmada a una emisora, los autores acusaron a Hoyos de "traición a la patria" y aseguraron que "la guerra continúa". El funcionario había sido secuestrado horas antes, y en la operación policial organizada para buscarle fue liberado Andrés Pastrana, el candidato socialconservador a la alcaldía de Bogotá.

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"Tenemos que romper el miedo"

Tres coches, con 10 hombres fuertemente armados, cerraron el paso al vehículo en el que viajaba el fiscal del Estado y abrieron fuego. Eran las 7.15 (14.15, hora peninsular española). El atentado ocurrió cerca del aeropuerto de Medellín, segunda ciudad del país, cuando, como todos los lunes, Hoyos se disponía a regresar a Bogotá después de pasar el fin de semana en su ciudad natal. El conductor y el escolta murieron de inmediato. Los terroristas introdujeron al funcionario en un coche y se dieron a la fuga.Según las primeras versiones, Hoyos resultó herido de tres impactos de bala en el abdomen en el momento de ser secuestrado. En el Mercedes Benz oficial quedaron los dos cadáveres y la chaqueta y un zapato del procurador, manchados de sangre.

Cuatro horas después de cometido el secuestro, una llamada de una mujer a la oficina de antinarcóticos de la procuraduría atribuía la acción terrorista a un grupo llamado los extranjeros. En esos momentos, el operativo policial organizado para encontrar a Mauro Hoyos daba con el periodista Andrés Pastrana, que estaba en poder de la mafia del narcotráfico desde el lunes 18.

El cadáver de Carlos Mauro Hoyos apareció en una finca a 22 kilómetros de Medellín. No fueron los extranjeros sino los narcotraficantes colombianos que noquieren salir del país para poder seguir dictando sus leyes, incluso dentro de las cárceles.

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Los narcotraficantes colombianos asesinan al fiscal del Estado, partidario de la extradición a EE UU

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El secuestro y el asesinato ocurrió horas después de que el comando Hermanos Pavón Jatter, del grupo de los Extraditables, que tenía en su poder desde hacía una semana al candidato socialconservador Andrés Pastrana, declarara la guerra total a las personas que están a favor del tratado de extradición, que permite que los colombianos sean juzgados en Estados Unidos. "Los juzgaremos como traidores y vendepatria", declaró el comando, la misma acusación con que ha reivindicado el asesinato. El máximo fiscal colombiano se ha caracterizado precisamente por su actitud firme en defensa de ese tratado.

Hace poco, a raíz de la puesta en libertad del narcotraficante Jorge Luis Ochoa, el procurador había declarado: "No hay voluntad política de extraditar", y había exigido al Gobierno una actitud clara en su lucha contra el narcotráfico.

El defensor de los derechos

Mauro Hoyos, abogado, soltero, de 42 años, siempre respondía en forma jocosa a las preguntas sobre el miedo y las amenazas contra su vida. "Si estoy en este cargo no puedo sentir miedo", decía. Y agregaba: "El riesgo me tiene sin cuidado". Por esta forma de ser, el fiscal del Estado jamás aceptó una escolta muy numerosa. Sólo un miembro de la policía judicial le acompañaba ayer."Yo no tengo nada que temer". Soy el defensor de los derechos y las garantías ciudadanas", repetía incansablemente.

"El país ha llegado a niveles imposibles de manejar", afirmó minutos después del atentado el dirigente liberal Ernesto Samper. Y ésta, parece ser la opinión general de los colombianos. Ayer, el diario El Espectador, al registrar las exigencias que habían hecho los secuestradores de Pastrana, tituló a todo lo ancho de su primera página: "El Estado de derecho, contra la pared".

El comando Hermanos Pavón Jatter había hecho público el domingo por la tarde el primer comunicado sobre el secuestro de Pastrana. Los hermanos Pavón Jatter, Santiago Alberto y Nayid Ricardo, a los que alude el nombre del comando, forman parte del grupo de 15 colombianos cuyas extradiciones a EE UU han sido concedidas hasta el momento. Los dos fueron juzgados y condenados en Miami por tráfico de cocaína.

Según las primeras exigencias y la respuesta que al anochecer dio la familia del secuestrado, el noticiero TV Hoy, propiedad de los Pastrana, debía emitir las opiniones de colombianos que se oponen a la extradición de los acusados. Así lo habían exigido los secuestradores como primera condición para iniciar las conversaciones que debían llevar a la liberación de Andrés Pastrana.

Como mediador fue elegido Enrique Santos Calderón, columnista del diario El Tiempo. Los Extraditables rechazaron al cardenal Alfonso López Trujillo para realizar la mediación porque éste jamás se había opuesto a la entrega de colombianos a EE UU. Santos Calderón fue elegido por la familia Pastrana entre una lista de 12 personas que habían propuesto los secuestradores. En esa lista figuraban, entre otros, el escritor Gabriel García Márquez, Fidel Cano (hermano de Gabriel Cano, director del diario El Espectador, asesinado supuestamente por narcotraficantes) y el ex procurador Carlos Jiménez. La mayoría de estas 12 personas se ha pronunciado públicamente en contra del tratado de extradición.

Ante la gravedad de los acontecimientos, la Prensa, los familiares y los políticos ha sido discretos. Tan sólo la izquierdista Unión Patriótica calificó la situación de "chantaje político del narcotráfico al Estado para tratar de cambiar la jurisdicción colombiana". "Nos tienen acorralados; nos están quitando el país de las manos", dijo un joven político e industrial, resumiendo el sentir de la clase dirigente colombiana, mientras se rumorea que el Gobierno estaba negociando un nuevo tratado de extradición.

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