Las bases norteamericanas

He examinado con atención el editorial de EL PAÍS del pasado 16 de enero en el que se enjuicia el acuerdo al que han Regado los Gobiernos de Madrid y Washington de retirar el Ala Táctica 401 de Torrejón. Me sorprende que se afirme en él que gracias a la actitud sensata y poco discrepante con la posición del Gobierno que mantuvo la opinión pública, Estados Unidos no ha tenido más remedio que convencerse de que no existe "ningún posible Gobierno susceptible de ofrecerle una solución mejor que la propuesta por el Gobierno de Felipe González".Coincido en caracterizar la actitud observada por la opinión pública de sensata, pero faltaría a la verdad quien la juzgara de poco discrepante con el Gobierno en esta materia. Estoy persuadido de que la actitud de la opinión pública -y muy en especial la de los sectores sociales movilizados por sentimientos antiatlantistas y pacifistas- ha sido el factor determinante de la decisión final adoptada por EE UU, pero no porque aquélla fuera coincidente con la propuesta del Gobierno: la verdad es que aspiraba a mucho más y exigía el desmantelamiento de todas las bases. Estaba adems lejos de considerar esta salida como maximalista o utópica. Bastaba echar un vistazo a los sondeos de opinión para constatar el carácter consolidado y mayoritario de estas aspiraciones. En esas circunstancias, es lógico pensar que Felipe González no podía ofrecer a la opinión pública menos que la retirada de los 72 cazabombarderos F-16, a riesgo de comprometer más aún la ya menguada credibilidad electoral de su Gobierno. De esto sí se ha convencido el Gobierno norteamericano.

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Por otra parte, no comparto el entusiasmo que transmite su editorial, hasta el punto de afirmar que se ha modificado el carácter ,de nuestras relaciones con EE UU y que su Gobierno reconoce ahora nuestra soberanía. Tanta hipoteca de nuestra soberanía y de nuestra seguridad - y éstas no se pueden partir como los chorizos- supone la presencia de los F-16 en Torrejón como la existencia de la base de Rota o la presencia de los buques de la VI Flota repostando en nuestros puertos. Sospecho además que el Gobierno andaba más preocupado en recuperar su crédito electoral queen recuperar la soberanía perdida.- Carlos Otamendi