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Daniel Ortega teme que EE UU trate de impedir el diálogo directo entre los sandinistas y la contraofensiva

Antonio Caño

Daniel Ortega teme que Estados Unidos trate de impedir que se lleve a cabo la reunión de los sandinistas con la contra porque "será un factor en contra del presidente Reagan en su intento de que le aprueben los fondos". La pasada semana fue una de las más difíciles de su presidencia. En su lucha por evitar la aprobación de más ayuda norteamericana para la contra, el presidente nicaragüense dio pasos -especialmente la aceptación del diálogo directo con los rebeldes- que sacudieron los cimientos de la revolución sandinista. Ortega, que tenía que retomar la iniciativa para que sus medidas democratizadoras no fuesen entendidas como concesiones, llega mañana a España con el fin de ganar aliados para los trascendentales días que se avecinan.

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"Éste es un momento decisivo para el futuro de Centroamérica, en cuanto a que, se pueda caminar de manera efectiva por una solución negociada o que se imponga por parte de Estados Unidos una escalada militar en la región", afirma, con gesto preocupado y cansado., Daniel Ortega, de 42 años de edad."En estas circunstancias", continúa el presidente, "consideramos que Europa, y de manera particular España, pueden y debenjugar un papel más beligerante para contribuir a la paz en la región centroamericana. Queremos tener un contacto directo con el Rey de España y con el presidente del Gobierno para profundizar en este momento tan crucial acerca del peligro que supondría la aprobación de nuevos fondos para la contra en el Congreso norte amerie ano".

Concretamente, el presiente nicaragüense va a pedir a Felipe González que España se integre en los organismos de verificación de los acuerdos de Esquipulas 2, que se crearán en las próximas semanas.

"Creemos", afirma, "que España tiene cabida en la comisión de verificación que deben crear los cancilleres centroamericanos para la verificación de Esquipulas 2, como la tendría también en la comisión que Nicaragua, de manera unilateral, está solicitando para el seguimiento, tanto de los acuerdos de manera general como, de forma muy específica, del cese del fuego".

Lo que está en juego

La trascendencia del momento por el que atraviesa Nicaragua ha hecho pensar que está en Juego en estos días el futuro democrático o totalitario de este país. Ortega lo niega, y asegura que, aun cuando se produjese una intervención directa de las tropas norteamericanas, los principios de la revolución democrática no variarían". "Éste no es un fenómeno como el de la revolución cubana que, frente a determinadas acciones de EE UU, fue raditcalizándose hasta llegar a lo que hoy conocemos. En Nicaragua no existen las mismas condiciones objetivas ni subjetivas y, por tanto, no está en juego nuestro esquema democrático".

De aprobarse nuevos fondos para la contra, se espera que Nicaragua adopte, sin embargo, medidas restrictivas como la reimplantación del estado de emergencia, aunque Ortega prefiere no adelantar nada en ese sentido. "En nuestra cabeza no está, en estos momentos, aplicar medidas de esa naturaleza, pero sí es cierto que la aprobación de fondos crearía una nueva situación, frente a la que responderíamos de forma adecuada". "Por el momento, sólo puedo decirle que tenemos la decisión de mantener una movilización permanente para enfrentar la agresión, y una aprobación de fondos nos obligaría a redoblar esos esfuerzos para la defensa militar del país".

El presidente nicaragüense admite que su Gobierno aceptaría la concesión, por parte de Estados Unidos, de ayuda humanitaria para la contra, "pero", precisa, "tiene que ser a través de la Cruz Roja y en el momento de hacerse efectivo el alto el fuego". "Cuando la contra esté ya en las zonas de alto el fuego, entonces nosotros estaríamos dispuestos a que les llegue la ayuda humanitaria a través de la Cruz Roja. De lo contrario, esa ayuda humanitaria se convertiría en una ayuda para fortalecer las posiciones militares de la contra".

Preguntado sobre si interrumpiría las conversaciones de alto el fuego si el Congreso norteamericano aprobase únicamente ayuda humanitaria, Ortega indicó: "No negamos con esto el plan de paz, porque es un acuerdo de los presidentes centroamericanos independientemente del Gobierno norteamericano, no negamos las conversaciones por tanto. Pero si se aprueban 30 o 50 millones de dólares de ayuda humanitaria, o un solo dólar, tengamos claro que esa ayuda humanitaria lo que va a hacer es estimular la guerra y desestimular el alto el fuego. La única ayuda humanitaria que cabría sería condicionada al cese el fuego y haciéndola llegar a través de organismos como la Cruz Roja. No puede ser la CIA la que lleve la ayuda". Tampoco se romperían las negociaciones si esta ayuda humanitaria se aprobara antes de que se llegue a un acuerdo de alto el fuego, aunque el presidente considera que "esto sería una escalada".

Daniel Ortega teme que "el Gobierno de Ronald Reagan va a hacer esfuerzos para que la reunión con los rebeldes antisandinistas, que está concertada para los días 28 y 29 próximos, no se lleve adelante, porque si se realiza esa reunión será un factor en contra del presidente Reagan en su intento de que le aprueben los fondos".

En caso de una escalada mil¡tar, el líder sandinista no descarta aplicar los planes de rearme de los que habló recientemente el general Humberto Ortega. "Los planes a los que se refirió Humberto están vivos, existen en tanto esté la agresión. Al darse una aprobación de fondos, nosotros tendríamos incluso que revisar esos planes para involucrar a toda la población en el esfuerzo para derrotar la agresión. El recrudecímiento de la guerra pondría, sin embargo, en duda la capacidad de supervivencia económica de un país que ya sufre una grave carencia de recursos alimenticios y energéticos. Carencia que, en opinión de Ortega, es "el coste de la independencia".

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