Pierre Matisse: "La nueva Fundación Miró es uno de los primeros museos contemporáneos del mundo"

"La nueva Fundación Miró de Barcelona es un lugar maravilloso, porque representa perfectamente la potencia y el papel de la obra de Miró en la pintura moderna y porque permitirá nuevas manifestaciones y aprendizajes artísticos, lo que le convertirá en uno de los primeros centros de arte contemporáneo del mundo", dijo a este diario Pierre Matisse, hijo del pintor francés Henri Matisse, amigo y galerista de Joan Miró y poseedor desde 1932 de una prestigiosa galería de arte en Nueva York. Pierre Matisse pasó por Barcelona para asistir a la inauguración de la sede ampliada de la Fundación Miró y recibir, de manos de la Reina, el galardón Ocell Solar, otorgado por la fundación como reconocimiento por las donaciones que ha hecho a la entidad

"Ya hace tiempo que superé los ochenta y, como decía la madre de Napoleón, mientras la cosa dure, todo irá bien", explica Pierre Matisse al ser preguntado por su edad, de difícil adivinación dada la jovialidad y la excelente memoria de este francés que desde hace 56 años es ciudadano de Nueva York, donde regenta una prestigiosa galería de arte desde la que ha divulgado y potenciado en Norteamérica la obra de artistas como Joan Miró, Paul Klee, Max Ernst, Marcel Duchamp, Chirico, Balthus y otros."Yo conocía la pintura de Joan Miró desde 1928 o 1929, a través de mi padre, pero en aquel entonces yo no estaba aún preparado para una obra como aquella. Recuerdo que tenía en casa un cuadro de Miró de 1927 y apenas le prestaba atención; era un simple dibujo abstracto en negro sobre la tela cruda y con una estrella azul, un punto rojo y otro amarillo; yo creía que Miró exageraba en su minimalismo, pero entonces fui a una exposición que se hacía en París, llamada Salón de Otoño, que acogía toda la pintura académica realizada en Francia. Todos los cuadros me parecían muy deprimentes, porque parecían palabras sin sentimiento; entonces volví a casa, vi el Miró y comprendí que era una pintura de un gran artista, adelantado a su tiempo y poseedor de un sentido único de composición y color".

En 1932, Pierre Matisse -que ya llevaba un par de años en Nueva York trabajando en salas de arte- abrió su propia galería y poco despues hacía su primera exposición individual de Joan Miró. "Desde esa primera exposición hice otras cuarenta hasta 1975 y cada año, cuando iba a Mallorca a elegir los cuadros con Miré, era una auténtica fiesta, una verdadera sorpresa, una renovación que me hacía estar impaciente desde semanas antes", explica Pierre Matisse.

Miró y Sert

El galerista se complace en evocar distintas anécdotas de Joan Miró, como su fraternal relación con el arquitecto Josep Lluís Sert, autor del edificio de la fundación: "Miró y Sert eran como hermanos, hasta el punto de que cuando Sert estaba en Mallorca, iba cada mañana a estar con Miró en su estudio y, si llegaba a la hora en que un barbero afeitaba al artista, Miró insistía hasta que Sert se hacía afeitar también". En un plano más trascendente, Pierre Matisse recuerda que su padre, Henri Matisse, "decía que su pintor favorito era Bonnard, pero al final de su vida añadía siempre el nombre de Miró".

Pese a que sus preferencias se decantan por las vanguardias históricas y el arte abstracto, Pierre Matisse es un conspicuo observador del arte actual, en el que observa que "tras el expresionismo abstracto hay un retorno a la figuración, pero no una figuración inspirada en los antiguos maestros, sino concebida desde perspectivas que aportan una expresión nueva y tan válida como la abstracción pictórica, que quizá ha llegado al límite".

"El camino del arte es siempre una lucha de lo nuevo contra lo establecido, un intento de romper los códigos y la rutina", dice Pierre Matisse; "las personas envejecen y mueren y esto es triste, pero el arte siempre se renueva y la obra de artistas como Joan Miró es eternamente joven".