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APLAZADA LA REFORMA COMUNITARIA

González se muestra esperanzado de que la próxima 'cumbre' resuelva los problemas pendientes de la CE

"El saldo de la reunión no puede ser positivo, porque no ha habido acuerdo; pero en febrero hay posibilidades de que este acuerdo se produzca". Con esta declaración, que matizaba notablemente la dureza de sus manifestaciones el día anterior, cuando acusó abiertamente a los países más desarrollados de mantener una falta de voluntad para llevar adelante la reforma europea, el presidente español, Felipe González, valoró ayer el desarrollo de la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la Comunidad Europea, que ayer concluyó en Copenhague.

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Para el presidente español, el hecho de que se haya llegado, al menos, a la decisión de seguir buscando el acuerdo sobre los cuatro grandes puntos del Plan Delors en una reunión extraordinaria, que se celebrará en Bruselas los días 11 y 12 de febrero, abre una puerta a la esperanza.Aunque González admitió que no se había llegado a ninguna otra conclusión concreta y que "tal vez no haya una clara voluntad política" de emprender la reforma europea más allá del mercado interior único, recalcó que había visto "un buen ambiente" en la reunión con sus colegas de la CE: "Se ha dado un paso más en la reflexión y maduración de los problemas", dijo.

Sin culpables

Advirtiendo que "no hay que dramatizar", se negó a establecer una nómina de países culpables del fracaso de la cumbre de Copenhague, finalizada ayer cerca de las seis de la tarde tras dos días de intensas reuniones en los que en alguna ociasión se llegó al borde de la ruptura completa.También rechazó González que, contra lo que los propios portavoces españoles habían venido diciendo hasta ahora, los problemas de la Comunidad se resuman en una confrontación de intereses entre los países más desarrollados, o los del norte, frente a los países mediterráneos del sur con el añadido de Irlanda y exceptuando a Italia.

Al expresar su confianza en la reunión de febrero, que se anticipa así a la ordinaria que tendrá lugar en junio en Hannover, ya bajo la presidencia alemana, el presidente del Gobierno español se permitió un único calificativo radical al considerar "perverso" el método de trabajo que ha venido rigiendo hasta ahora en las reuniones del Consejo Europeo, por anteponerse los temas estrictamente técnicos a la reflexión política.

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Según anunció González, a partir de ahora este método será modificado, lo que, a su entender, también contribuye a cimentar la esperanza.

Esta esperanza no había sido precisamente una constante durante la jornada de ayer, a lo largo de la cual, y en la reunión a puerta cerrada con sus colegas europeos, González había calificado de "marcha atrás", respecto de la última cumbre de Bruselas, el cariz que iban tomando las discusiones en algunos puntos vitales para España, como el de los fondos estructurales.

El propio secretario de Estado para la CE, el habitualmente optimista Pedro Solbes, había anunciado sombríamente la probabilidad de que la cumbre fracasase sin que, a primera hora de la tarde de ayer, pudiese pensarse siquiera en una convocatoria de reunión extraordinaria, dada la radical postura alemana y holandesa contraria a hacer cualquier concesión agrícola.

Tal vez este pesimismo de partida hizo que la delegación española considerase que el acuerdo final de continuar buscando en febrero avances concretos en los estabilizadores agrícolas, fondos estructurales, recursos presupuestarios y cheque inglés era suficiente para, al menos, poner buena cara al mal tiempo. González dijo que todos los temas citados eran considerados por España como ligados entre sí, y confió en que la solución de febrero justifique su convicción de que "aún en este estado de cosas es mejor seguir en la CE, porque las ventajas son más que las desventajas".

Latinoamerica

Desde un punto de vista estrictamente político, la cumbre comunitaria de Copenhague ha servido, al menos, para que González cumpla la promesa hecha a los países latinoamericanos de plantear sus problemas ante los dirigentes europeos; el presidente español se mostró confiado, una vez más, en que la reunión de febrero sirva para formalizar un diálogo CE-Latinoamérica.También sirvió esta reunión de Copenhague para consolidar el acercamiento entre España y Gran Bretaña, tras el acuerdo alcanzado el miércoles en Londres sobre la utilización conjunta del aeropuerto de Gibraltar. Diplomáticos españoles subrayaron la cordialidad, "bastante inédita", entre Margaret Thatcher y González, quien ha invitado a la primera ministra británica a visitar "en breve" nuestro país.

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