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LA REFORMA EN LOS DOS GIGANTES COMUNISTAS

Gorbachov califica a la 'perestroika' de nueva revolución en su último libro

Pilar Bonet

Mijail Gorbachov, de 56 años, el primer líder soviético formado tras el estalinismo, valora hoy los 70 años de vida de la URSS desde la perspectiva de la perestroika, que él compara con una nueva revolución en su último libro, presentado ayer en Moscú. La historia -el tiempo lleno de vaivenes y dolorosas experiencias transcurrido desde la revolución de octubre de 1917- es la gran protagonista de la maratoniana jornada de hoy en el Palacio de Congresos del Kremlin, donde ante más de 5.000 espectadores Gorbachov pronunciará un esperado discurso.

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La intervención de Gorbachov comenzará a las diez de la mañana, continuará en una sesión de tarde y estará rematada por una aparición ante la Prensa del miembro del Politburó y secretario del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), Aleksandr YakovIev.El discurso, aprobado por el comité central, dará la interpretación oficial de un pasado en tono al cual reina actualmente en la URSS un debate que tiene un mayor reflejo en la Prensa y la literatura que en los estudios rigurosos de los especialistas. La oposición dentro del bolchevismo, el trotskismo, la colectivización agrícola y la industrialización, la figura de NikoIal Bujarin -el padre de la Nueva Política Económica (NEP)-, las purgas en la dirección del partido en los años treinta, el número de víctimas del estalinismo, el pacto germano-soviético de 1939 y la figura de Nikita Jruschov son temas a los que falta una explicación histórica oficial satisfactoria, en opinión de los especialistas.

Distintos medios soviéticos coinciden en su impresión de que Gorbachov "no llegará hasta el final" en el revelado de las manchas blancas del pasado. En su libro -titulado Perestroika y nuevo pensamiento para nuestro país y todo el mundo, que fue entregado a la imprenta el 15 de octubre y del que se han impreso 300.000 ejemplares en su versión rusa-, Gorbachov defiende la colectivización y la industrialización de los años veinte y treinta. Ambas fueron necesarias, aunque sus métodos "no siempre y no en todo respondieron a los principios socialistas".

La industrialización, forzada a costa del campesinado, fue, según Gorbachov, decisiva para vencer al fascismo en la II Guerra Mundial. La colectivización, que causó millones de víctimas entre los campesinos deportados y presas del hambre, fue una "acción histórica grandiosa, la de más envergadura después de1917". Fue, no obstante, "dolorosa y no carente de excesos".

El discurso que hoy pronuncia Gorbachov ofrece dar "un paso más" en la interpretación de la historia, un tema clave en un país donde la clase dirigente ha mostrado tantas dificultades para asumirla y donde la intelectualidad defiende la necesidad moral de hacerlo como condición para la credibilidad del poder.

En el epílogo de su libro, Gorbachov dice que éste "no está acabado y no puede estar acabado". "Lo que hoy nos parece aceptable y suficiente, mañana puede resultar anticuado". "Los próximos años, y tal vez los próximos meses, pueden estar marcados por nuevos pasos no corrientes", señala.

Precios astronómicos

Los derechos del libro de Gorbachov han sido vendidos en diferentes países a precios astronómicos. En EE UU, a cuyo público va especialmente dirigido, éstos fueron comprados por la revista US News and World Report.Dos revistas que están teniendo un papel de vanguardia en el tratamiento de la historia soviética, Novedades de Moscú y Ogoniok, presentaban el viernes en Moscú dos actos masivos de acalorada discusión. En uno, el poeta Evgueni Evtushenko emocionaba al público con unos versos dedicados a Ana Mijailovna, la anciana viuda de Nikolai Bujarin, que sigue luchando por la rehabilitación de su esposo, el favorito de Lenin, ejecutado en Ia purga de 1938. En el segundo, Yuri Afanasiev, rector del Instituto de Archivos Históricos, condenaba la colectivización y manifestó que el libro de Gorbachov "no agota" el tema.

El líder llega hoy al Krenilin reforzado en el campo internacional con la perspectiva del primer acuerdo de desarme nuclear. En el frente interior le espera la crisis creada por la. dimisión de Boris Eltsin.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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