"Es un premio a la literatura y no a la política", afirma Brodski
"Me siento raro", contestó ayer Joseph Brodski a la obvia pregunta de cómo se encontraba después de recibir el premio Nobel de Literatura. A Brodski la noticia no le pilló de sorpresa: "Había rumores de que estaba en la lista final y ayer [por el miércoles] un periodista sueco me dijo que estuviera preparado". El poeta exiliado estaba comiendo con el novelista John Le Carré cuando se enteró del fallo de la Academia de Estocolmo. Lo celebró echándose un guisqui al coleto.Brodski dejó inmediatamente el restaurante chino londinense en el que compartía mesa y se marchó a casa de un amigo donde se aprestó, con muy buen humor y vestido informalmente, a atender el aluvión de requerimientos de todo el mundo. "Es un premio a la literatura y no a la política", dijo cuando se le preguntó qué reacción esperaba de Moscú. "No sé que reacción van a tener, pero tengo interés por ver qué van a decir".
Apertura en la URSS
El cuarto Nobel de Literatura ruso se amparó en la edad para no pronunciarse de modo explícito sobre la apertura de Mijail Gorbachov. "No soy quien para detectar los cambios", dijo. "Quizás porque me estoy haciendo viejo". Brodski, que se encuentra en Londres trabajando en un manuscrito de poemas que se publicará en febrero, subrayó su esperanza de que este premio ayudará a acelerar la liberalización en la URSS y puede ser bueno -"en mi patria"- para otros poetas. "Hay motivos para ser optimista sobre la liberalización de Gorbachov, pero no pediría a la gente que apostara por ella", agregó el nuevo Nobel de Literatura.El nuevo Nobel, con un dominio magistral de la lengua inglesa, dijo que sus diez años de exilio en Occidente no han afectado a su obra, a pesar de las naturales dificultades de ajuste. "Siento que formo parte de la tradición cultural rusa, pero Estados Unidos es ahora mi país".
Al insistir los periodistas si se consideraba un soviético o un norteamericano, Brodski respondió: "Estoy feliz con ambos, es lo mejor de los dos mundos. Uno tiene un doble complejo de superioridad".
Brodski añadió que esperaba que el premio que ha recibido estimulará el interés hacia la poesía rusa de este siglo, que no es demasiado conocida ni muy bien traducida. "Quién sabe si volveré a la URSS, cada vez le doy más vueltas. Pero quizá sea un exiliado de nacimiento", dijo el poeta.
"Si hubiera podido -añadió- yo le hubiera dado el Nobel al escritor de Trinidad V. S. Naipaul".
Brodski es el cuarto escritor nacido en la Unión Soviética que recibe el premio, después de Boris Pasternak (1958), Mijail Sholojov (1965) y Aleksandr Solyenitsin (1970). Solteror y profesor de literatura, Brodski recibirá cerca de 40 millones de pesetas por el premio Nobel de este año.
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