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Entrevista:

Fernando del Paso: "Una novela es un cúmulo inmenso de detalles"

El autor mexicano publica 'Noticias del imperio', crónica de un efímero sueño imperial

Fernando del Paso, 52 años, que hace una década obtuvo el Premio México de novela con Palinuro de México, ha abordado en Noticias del imperio un tema tabú para su país y olvidado por Europa: el imperio del archiduque Maximiliano y su no tan hermosa esposa Carlota. "Como todo escritor en ciernes, alguna vez pensé que haría una novela sobre el drama de la invasión europea de México". El empeño le llevó 10 años. El autor, diplomático mexicano en París, que presentará su novela en Madrid el próximo viernes, integró ésta como una estructura entre el relato histórico y el discurso alienado de Carlota de Bélgica, "la loca de la casa". Una novela es un "inmenso cúmulo de detalles", dice.

Pregunta. ¿Cree que el lector español está al tanto de la historia que relata su novela ... ?Respuesta. Quizá no en detalle. En el mismo México es un tema tabú, poco conocido.

P. En todo caso, habría que ver cuántos españoles saben que Eugenia de Montijo fue la esposa de Napoleón III.

R. Eso seguro que lo saben. Es el único caso en la historia en el que una española se convierte en emperatriz de Francia. Lo que puede ser una novedad es que el general Prim haya tenido aspiraciones imperiales y haya comandado las fuerzas españolas en la invasión con la clara intención de ocupar el trono de México.

P. ¿Por qué la novela cambia de ritmo a partir de la toma de Puebla?

Del Paso no ha detectado un cambio de ritmo. Por el contrario, sí ha llegado a la conclusión de que no puede haber incertidumbre ni omisión en los deta lles históricos. Hay demasiada ignorancia sobre "un momento clave en la historia de México y de Europa, en el que mi país en frentaba la primera oportuní dad para consolidar una república democrática, y en ese preciso momento tuvimos la malhadada invasión, y todo se fue al traste".

P. El detalle.

R. "Sí, hay detalles que no son biásicos para la novela. Pero, en definitiva, una novela es un cúmulo inmenso de detalles". El escritor es deliberado en el diseño de la escena, de la abundancia de historia.

P. ¿La historia obliga a definiciones?

R, Mire, hay que tomar partido. Hay traidores en la invasión. Al igual que hay una convalidación por parte de Londres y Madrid al acto de guerra. Hay traidores con los que la historia ha sido quizá demasiado dura. Porque quizá fueron traidores cuando terminaron plegándose a los invasores, y no porque fuesen monárquicos. Después de todo, la República francesa había fracasado y estaba otro Napoleón.

P. Todo en esta historia parece increíble.

R. La realidad supera una vez más a la fantasía. El cúmulo de anécdotas superrealistas, esa pertinaz mala suerte que acompañó a los actores de la aventura imperial mexicana, el volumen de historias desopilantes, me obligó a poner la historia junto a la imaginación. Quise convencer al lector de que todo lo que digo que ocurrió fue cierto. Que a Maximiliano le quedó corto el ataúd, que le pusieron los ojos negros de santa Úrsula, que Carlota metió los dedos de su mano en el chocolate del Papa. Entrañaba el riesgo de escribir un libro de historia y no una novela.

P. Un problema de estructura.

R, Esto fue lo que me llevó a la necesidad de escribir una novela en contrapunto, alternando, el largo monólogo de Carlota con los otros capítulos. La imaginación terminó ocupando una porción menor que la esperada, algo así como una tercera parte. Mi opinión sobre el drama de México, de Francia, de Maximiliano y Carlota está ahí. Desde la altura de 1927, casi 100 años después de que nacieran los actores del drama. Está relatado desde el castillo de Bouchout.

Del Paso decidió escapar al libro de historia a través de la estructura que, "a diferencia de los casos de José Trigo y Palinuro de México [sus dos novelas anteriores, a década cada una] se me dio, por así decirlo, desde un principio".

P. ¿El drama del mestizaje?

R. En esa época, las teorías de Gobineau -detrás de facciones bellas hay almas bellas- habían hecho carne. Lo digo en la novela. Pero aún hoy en México se dice: "Salió muy bonito el niño, tiene ojos azules". Con más razón entonces.

Cabellera rubia, hermosas barbas y ojos azules. Maximiliano termina ante el pelotón. Dejado de la mano del emperador de Francia, incapaz de mantener a sangre y fuego una aventura imposible. Faldas.

Queda una mujer loca deambulando por pasillos y el vago recuerdo de un imperio.

Una pregunta tímida sugiere que Del Paso cambió de tercio para encuadrarse en la revisión de la historia, haciendo justicia a su manera.

La respuesta es afirmativa. Esta obra es un cambio de tercio respecto de las dos anteriores.

Otra a bocajarro propone que no todo es realismo mágico. En particular, pensando que aquí la realidad es increíble, y que la imaginación la encuadra en la verdad, la relativiza, la saca de su maraña de excesos.

La respuesta se deshilvana, aunque sigue admitiendo.

La novela histórica

Se dice una última cosa, algo así como que después de Juan Rulfo hay géneros que se han dicho difíciles.Entonces ataca otra vez y afirma: "La novela histórica es una corriente actual de la narrativa latinoamericana".

Miro con sorpresa.

Del Paso enumera: La guerra del fin del mundo, de Vargas Llosa; Terra nostra, del propio Carlos Fuentes; La tragedia del generalísimo, de Denzil; Temporada de ángeles, de Lisandro Otero; Los perros del paraiso, de Abel Posse...

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