El flamenco 'americano' y el V Centenario
El flamenco extremeño ha tenido un considerable protagonismo en el XV Congreso Nacional de Actividades Flamencas. Francisco Zambrano presentó una ponencia sobre El cante extremeño que suscitó un apasionado debate, mientras Luis Garrido, con la mirada puesta en el V centenario del descubrimiento de América, que se celebrará en 1992, expuso un estudio histórico sobre los cantes llamados de ida y vuelta -los estilos flamencos de influencia americana-, sobre los que proyectan organizar un concurso internacional con participación de los países donde hubo presencia española, incluida Filipinas; en el mismo contexto, y en mérito a la fundamental presencia de los conquistadores extremeños en aquella efeméride histórica, la Federación de Entidades Flamencas de Extremadura aspira a que se le conceda para el citado año la organización del XX Congreso Nacional de Actividades Flamencas en Mérida.Otras interesantes ponencias, sobre aspectos muy concretos del arte flamenco, fueron la de Manuel Martín sobre los romances de Antonio Mairena, la de Eusebio Rioja y Ángel Luis Cañete acerca de la guitarra en los primeros tiempos del flamenco, la del guitarrista Manuel Cano en torno a la soleá y la de Onofre López sobre un tema en que es especialista, el fandango de Huelva.
Siguen paralelamente las funciones de espectáculo flamenco, que vienen a ser tanto como la plasmación práctica de aquello cuya teoría se debate en las sesiones de trabajo, un buen pretexto para la distensión y la cordialidad no siempre presentes en los debates.
Noche de baile
Hubo una noche de baile que nos deparó una gratísima sorpresa, pues cuatro jóvenes bailaoras que inician su carrera nos ofrecieron una noche llena de encanto y buen arte flamenco. Singularmente dos de ellas -María del Mar Berlanga y Yolanda Heredia- nos parecen realmente interesantes, en posesión ya de un serio bagaje de conocimientos y facultades para plasmarlos en arte sobre el escenario. La primera hizo unos tientos-tangos imaginativos, llenos de ideas nuevas. La segunda encontró en las soleares el vehículo idóneo para su baile transido de drama y jondura.Carmen Vargas, más conocida y con más tablas, bailó con mucha gracia y desparpajo por alegrías, igual que Manuela Reyes, quien actúa más mecánicamente, como el alumno que se ha aprendido bien la lección y la suelta de carrerilla. Contaron las cuatro para su éxito, ciertamente, con el apoyo atrás de dos cantaores de la experiencia de Romerito de Jerez y Jesús Heredia, verdaderamente notables en su cometido.
El cante fue protagonista de otra sesión, con El Bolo, Antonio Álvarez y Alfredo Arrebola, los tres malagueños. El Bolo se desenvolvió por tientos-tangos y cantiñas con mucho sentimiento y sinceridad. Álvarez es un fandanguero interesante. Arrebola volcó en malagueñas y livianas su temperamental cante.
Babelia
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