El buque incinerador 'Vulcanus II' zarpa de Santander tras cargar 1.000 toneladas de residuos tóxicos
El buque incinerador Vulcanus II zarpó ayer de Santander a primera hora de la tarde tras haber cargado en el puerto de esta ciudad durante la noche anterior algo más de 1.000 toneladas de residuos tóxicos, procedentes en un 90% de la industria farmacéutica nacional, especialmente de las provincias de Huelva, Tarragona, Madrid, León y Valencia. Miembros de la organización ecologista internacional Greenpeace protestaron contra esta operación mediante diversas acciones. Los residuos serán incinerados, junto con otros materiales franceses, en alta mar, cerca de las costas holandesas.
El Vulcanus II, uno de los pocos buques que existen en el mundo capaces de quemar residuos peligrosos, inició ayer la ruta hacia el puerto de El Havre, donde cargará más residuos de procedencia francesa. Posteriormente, en fecha todavía no revelada, se efectuará la incineración de estos residuos en la costa noroeste de Holanda.Una embarcación zodiac con jóvenes tripulantes vinculados la organización Greenpeace ;se aproximó durante la noche al buque holandés desplegando una pancarta que decía: "Stop a las incineraciones". Mientras tanto, dos miembros de esa organización permanecieron encadenados a las boyas a las que había amarrado el buque. Durante las 16 horas que el Vulcanus II permaneció en el puerto santanderino no hubo ninguna otra incidencia.
Él responsable de mercadotecnia de la compañía incineradora Ocean Combustion Service, J. M. Verdegaal, explicó a quienes visitaron el barco, de 1,3 metros de eslora y de 16 metros de manga que "no hay a bordo ninguna posibilidad de bombear los residuos al mar". "Todo lo que entra aquí ha de salir por incineración", dijo.
El Vulcanus II es uno de los tres barcos dedicados a la destrucción de residuos industriales que operan en aguas europeas, concretamente en el mar del Norte, a 60 millas al noroeste de la costa holandesa.
Este sistema de eliminación de residuos tóxicos es distinto al que utilizan los norteamericanos que introducen sus residuos en fosas abiertas en tierra.
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