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RELACIONES ESTE-OESTE

La ausencia de Gorbachov desazona a los intelectuales soviéticos comprometidos con la 'perestroika'

Pilar Bonet

PILAR BONET, Una cierta desazón e inquietud por el destino de la perestroika se ha extendido en medios de la intelectualidad moscovita favorables al proceso de apertura emprendido por el máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov. A esta desazón ha contribuido sobre todo la ausencia de la vida pública del líder soviético, que, según la agencia France Presse, debe reaparecer hoy ante una numerosa delegación francesa que visita la Unión Soviética en un viaje organizado por la Asociación de Amistad Francia-URSS. Un portavoz de esta delegación infirmó ayer que Gorbachov recibirá hoy, a las diez de la mañana, en el Kremlin, a las 400 personas que componen el grupo, entre las que se cuentan varias personalidades de la vida política y cultural francesa.

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El paisaje urbano moscovita de principios de otoño es el habitual: largas colas de malhumorados ciudadanos se forman para comprar sobre todo el vodka, restringido desde las medidas antialcohólicas decretadas en 1985, poco después de llegar Gorbachov al poder. Ante los mostradores de las fruterías o las carnicerías los ciudadanos se quejan de la desidia inalterada de los dependientes o el encarecimiento de productos como el embutido (la ración de carne favorita de los ciudadanos), que en la práctica sólo pueden comprarse a los precios disparados de las tiendas cooperativas.En medios de la intelectualidad de la capital soviética, siempre sensibles y a menudo hispersensibles ante cualquier detalle que puede interpretarse como avance o retroceso en el proceso de glasnost (apertura informativa), varios hechos han causado preocupación. El más comentado fue la intervención a principios de septiembre de Víctor Chebrikov, el miembro del Politburó que preside el Comité de Seguridad del Estado (KGB), con motivo del 110º aniversario del nacimiento de Félix Dzernhinsky, el fundador de la Policía Política, la Cheka, antecesora del KGB.

Chebrikov empleó un tono muy duro para acusar a los "servicios especiales del imperialismo de buscar nuevos pretextos para penetrar en nuestra sociedad" y tratar de ejercer una "influencia dirigida y diferenciada en varios grupos de la población de la URSS con objeto de inculcar al pueblo soviético una comprensión burguesa de la democracia...".

El alto funcionario denunciaba la existencia en la URSS de gente "francamente hostil al socialismo" y acusaba a los "servicios especiales" occidentales de instigar a los disidentes amnistiados a "nuevas acciones ilegales", así como de propagar el "virus del nacionalismo". Hablaba también Chebrikov de los "elementos extremistas" que "penetran en la dirección de algunas asociaciones independientes", y declaraba que "todos los estratos de la población de nuestro país son el blanco de los servicios especiales imperialistas. La intelectualidad creativa soviética no es una excepción".

Oposición desorganizada

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Clubes de debate y la publicación de revistas mecanografiadas a máquina, con tiradas de varias decenas de ejemplares, son por ahora las actividades, cuidadosamente controladas desde las instancias oficiales, que llevan a cabo quienes, forzando mucho las tintas, podrían considerarse como una oposición política dentro del sistema soviético. Esta oposición, que tiene una gama muy amplía, se encuentra en un estadio de gran desorganización y tiene formulaciones políticas vagas y fragmentadas.

En un discurso pronunciado a finales de agosto ante un grupo de maestros, el miembro del Politburó y secretario del comité central Egor Ligachov advirtió contra un exceso de crítica en relación a Stalin y el pasado y contra los intentos de "gente en el extranjero" de tratar de "denigrar" todo el camino de "construcción del socialismo en la URS S, de presentarlo como una cadena ininterrumpida de errores...".

Los discursos donde se vuelve sobre la teoría del acoso exterior a la URSS llaman la atención de los observadores por su coincidencia con el allanamiento de las dificultades para un acuerdo sobre los misiles de alcance medio con Estados Unidos.

La ausencia de Gorbachov ha creado en algunos medios soviéticos la impresión de un cierto descontrol en las alturas políticas. El secretario general apareció fotografiado por última vez en el diario Pravda el 8 de agosto pasado durante un encuentro con profesores norteamericanos de ruso celebrado el día anterior.

Gorbachov ha ligado la perestroika interior con su política exterior para la "creación de un sistema global de paz y seguridad internacional". Una Unión Soviética más abierta que mantuviera empresas mixtas con Occidente y un mayor tráfico comercial de personas y de ideas necesita de una situación política exterior que desde Moscú se perciba como tranquilizadora.

La teoría del acoso exterior antisoviético, tan utilizada por los dirigentes de la URS S en el pasado para justificar medidas autoritarias, privaciones materiales y congelación de derechos cívicos, puede ser un arma en manos de los adversarios de la perestroika. A corto plazo, un acuerdo de reducción de armamento es un triunfo personal de Mijail Gorbachov y una consolidación de su prestigio y da un margen de acción para la puesta en práctica. de los planes modernizadores de la economía.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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