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Miles de chilenos se inscriben en el censo mientras comienza la Asamblea Parlamentaria Internacional

Para los chilenos el 4 de septiembre es una fecha especial: era el día, en que durante la democracia se realizaban las elecciones presidenciales. Ayer esa conmemoración marcó una nueva jornada tensa y polarizada. Por una parte, comenzó la Asamblea Parlamentaria Internacional en Santiago, con 100 diputados y senadores de 25 países y un centenar de ex congresistas chilenos, mientras miles de personas acudieron en todo el país a inscribirse en las oficinas del censo electoral.

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En Concepción, 500 kilómetros al sur de la capital, se vivió un microclima: la oposición abrió 31 lugares de votación en iglesias, sindicatos y poblaciones para votar simbólicamente por elecciones libres o un plebiscito para la sucesión presidencial de 1989.Por otro lado, continuó en Santiago el control militar y policial y la agitación universitaria. Un amplio dispositivo de seguridad controla vehículos y registra viviendas en busca del comando del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), que secuestró el martes al teniente coronel Carlos Carreño. En la víspera, el Gobierno anunció que no negociará con los secuestradores.

La temperatura subió en la universidad de Chile después de que el rector, José Luis Federici, anunció el cierre temporal de las facultades de Filosofía y Derecho y pidió la dimisión del decano de esta última. Ambas facultades estaban ocupadas por estudiantes que se oponen al rector, recientemente designado por el general Augusto Pinochet.

Desde el céntrico hotel Tupahue, donde se reúne la Asamblea Parlamentaria Internacional, los diputados y senadores visitantes observaron esta polarización. De forma imprevista se presentó en la asamblea el ex diputado comunista Luis Guastavino, que tenía prohibida la entrada en el país, y dijo: "Estoy haciendo uso del derecho que tengo a vivir en mi patria. Quiero contribuir con mi presencia a hacer patente el drama del exilio".

Apoyo internacional

La asamblea se abrió con una lectura de la lista de los asistentes, mayoritariamente de partidos de centro y derecha. Sólo una quincena de los parlamentarios extranjeros son de izquierda, lo que refleja el apoyo internacional a una transición hacia la democracia en Chile.

La asamblea dio un voto de aplauso al diputado brasileño João Duarte, a quien el régimen le impidió entrar en el país. El parlamentario argentino Hugo Piucill, de la Unión Cívica Radical, propuso una campaña de solidaridad internacional consistente en una donación de dos dólares por persona (unas 240 pesetas) para sufragar el coste de la documentación que se requiere para la inscripción en el censo electoral.

El congresista uruguayo del Partido Colorado Roberto Asiáin sostuvo que la dictadura chilena "está manchada de sangre y herida de muerte". El eurodiputado español Manuel Medina ofreció el apoyo de la Comunidad Europea para la transición a la democracia en Chile.

Por otro lado, el representante de los ex parlamentarios del Partido Comunista Chileno, Víctor Galleguillos, denunció que el ex diputado comunista Mario Riquelme fue secuestrado por un grupo de civiles no identificados en la madrugada de ayer en su casa, impidiendo que participase en la asamblea.

Los 22 europeos -entre ellos, cinco eurodiputados españoles- y norteamericanos que asistieron a la asamblea mantuvieron en la víspera reuniones con los ministros del Interior, Exteriores y Hacienda del régimen. Además, el eurodiputado del PSOE Manuel Medina se entrevistó con el miembro de la Junta Rodolfo Stange, director general de Carabineros.

En las tres reuniones plantearon su inquietud por los derechos humanos en Chile, la detención del ex vicepresidente socialista Clodomiro Almeyda, la muerte de 12 personas en junio y la posibilidad de asilo para 14 personas condenadas a muerte, según manifestó Medina.

La presencia de la asamblea parlamentaria fue determinante para que el abogado jefe del programa de acción judicial de la Vicaría de la Solidaridad, Roberto Garretón, en prisión por presuntas ofensas a las fuerzas armadas, fuera liberado bajo fianza seis horas más tarde, en una resolución inédita por su celeridad.

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