Honduras intenta boicotear el plan de paz centroamericano

Los ministros de Asuntos Exteriores de los cinco países centroamericanos firmantes del acuerdo de Esquipulas 2, que sostuvieron una reunión de dos días el miércoles y jueves en San Salvador, no consiguieron progresos significativos debido principalmente a la oposición de Honduras, según fuentes diplomáticas de esta capital centroamericana. Los cancilleres, que a partir de hoy volverán a reunirse en Caracas con sus colegas de los grupos de Contadora y de Apoyo, se constituyeron en el Comité Ejecutivo de Esquipulas 2, como estaba previsto, pero no pudieron presentar otros avances tras la primera reunión de los cinco países desde la firma del acuerdo de paz, el 7 de agosto.

Según las fuentes, fue el boicoteo de Honduras -cuyo canciller, Carlos López, sólo acudió a la segunda jornada de la reunión- lo que impidió formar comités especiales de seguimiento y aplicación de los principales puntos del plan de paz.

La cumbre de 13 cancilleres latinoamericanos (los cinco de Centroamérica, los cuatro del Grupo de Contadora y los cuatro del Grupo de Apoyo), que se reunirá desde hoy en Caracas para consolidar y ratificar el plan de Esquipulas 2, contará también con la presencia del secretario general de la OEA, el brasileño Joao Baena Soares, un alto funcionarlo de la ONU, y el presidente del comité de seguimiento del Movimiento de Países no Alineados, el canciller de Zimbabue, Wilness Mangwende.

Los observadores creen, sin embargo, que el principal factor de entorpecimiento del plan de paz es el mantenimiento del apoyo armado a la contra por parte de Honduras y de Estados Unidos. Según las fuentes, Honduras está particularmente preocupada por la posibilidad de que, como está previsto en el pacto de Esquipulas 2, se forme una comisión internacional de verificación que le solicite visitar los campamentos y bases de la contra en su territorio, que deberían ser desmantelados.

Los dirigentes de la contra, que serán recibidos el jueves por Reagan en un intento por demostrarles que EE UU no les abandonará, han hecho saber por su parte que estarían dispuestos a acatar un alto al fuego y a renunciar a la ayuda exterior si se cumplieran cuatro condiciones: que el acuerdo de tregua sea negociado directamente entre ellos y el Gobierno de Nicaragua, que se les conceda acceso a la Prensa nicaragüense, que se otorgue protección oficial a los líderes de la contra que deseen regresar a Nicaragua acogiéndose a la amnistía y, que el proceso sea controlado por observadores internacionales.

Tras dialogar con el presidente de El Salvador, José Napoleón Duarte, la jefatura de la contra declaró ayer que aceptaba el plan de paz suscrito el pasado 7 de agosto. La dirección de la contra, encabezada por Adolfo Calero y Pedro Joaquín Chamorro, expresó su voluntad política "de entablar directamente con el régimen sandinista un diálogo el 15 de septiembre".