_
_
_
_
SUICIDIO EN SPANDAU

El principio del fin de la posguerra

La muerte del último criminal de guerra nazi que cumplía condena bajo jurisdicción conjunta de las cuatro potencias aliadas en la II Guerra Mundial contra la Alemania hitleriana supone un paso más en la disolución de esta alianza, reducida desde la guerra fría a un símbolo. Tras la desaparición de Hess y el previsto derribo de la cárcel de Spandau, la URSS, EE UU, Francia y el Reino Unido ya sólo comparten una responsabilidad en la antigua capital alemana, el mando de la seguridad aérea del territorio urbano.

Con la conclusión de la condena de por vida del solitario de Spandau o el preso número, 7, como también se le llamaba por el número de la celda que ocupó Hess los últimos 41 años, se da un nuevo paso en lo que el histórico dirigente socialdemócrata alemán Willy Brandt ha calificado ya el "principio del fin de la posguerra". Es en los dos Estados alemanes donde con más claridad se percibe este proceso, cuyo signo más claro podría ser próximamente la eliminación de los misiles de medio alcance y el fin de la estrategia de disuasión nuclear. Las esperanzas de acuerdo para un nuevo orden político y militar en Europa coinciden con la desaparición de los últimos supervivientes entre los verdugos y las víctimas de la barbarie nazi.

Más información
La URSS advierte contra la rehabilitación de Hess

Cesión de competencias

En Berlín Oeste, los aliados occidentales van cediendo paulatinamente competencias a las autoridades locales alemanas, y su presencia es hoy más un símbolo de su compromiso con la seguridad de la ciudad cercada que un testimonio de la soberanía limitada del Estado alemán occidental. La política de Mijail Gorbachov al frente del Kremlin de buscar un acercamiento a Europa occidental y a la RFA en particular deja también a Berlín Este mayor margen de maniobra para sus contactos con Bonn. El jefe del Estado de la RDA, Erich Honecker, llegará el 7 de septiembre a Bonn como primer dirigente de la Alemania comunista que visita el otro Estado de la nación dividida. Es éste otro hecho que sugiere que el orden emanado del mar de sangre y ruinas provocado por hombres como Hess está llegando a su fin.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_