La 'contra' y la guerrilla izquierdista salvadoreña rechazan el plan de los presidentes centroamericanos
AGENCIASLa guerrilla derechista de Nicaragua y la izquierdista de El Salvador rechazan el acuerdo suscrito el pasado viernes en Guatemala entre los presidentes de los tres países citados y los de Honduras y Costa Rica. Ambos grupos armados han expresado su intención de proseguir la lucha. En cambio, los grupos de Contadora (Panamá, Venezuela, Colombia y México) y de Apoyo (Perú, Brasil, Argentina y Uruguay) han saludado el plan -que recoge básicamente las propuestas del presidente de Costa Rica, Oscar Arias- como la mejor esperanza para lograr la paz en la región centroamericana.
"De ningún modo vamos a deponer las armas; la lucha continúa", declaró ayer un portavoz de la contra. El representante del movimiento rebelde antisandinista dijo también que, aunque éste continuará la lucha armada, intentará buscar un acuerdo negociado de alto el fuego con el Gobierno de Managua.De otra parte, Guillermo Ungo, uno de los dirigentes de los rebeldes salvadoreños que luchan contra el régimen del presidente José Napoleón Duarte, estrecho aliado de EEUU, excluyó por ahora la aceptación de las directrices acordadas en la cumbre centroamericana. "Sería una locura para la guerrilla rendirse, ahora que está avanzando y que el Ejército se encuentra en una mala situación", dijo desde su exilio en Panamá.
Ungo es presidente del Frente Democrático Revolucionario (FDR), brazo político del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), la coalición de cinco grupos guerrilleros que, desde 1979, combaten contra el Gobierno de El Salvador.
El acuerdo suscrito en Guatemala propone un cese de las actividades bélicas en El Salvador y Nicaragua en un plazo de 90 días y la aplicación de reformas democráticas internas en un plazo de 150 días, con el establecimiento de condiciones para la celebración de elecciones libres bajo la supervisión de observadores internacionales. Prevé igualmente acabar con la ayuda externa a los grupos rebeldes y la promulgación de una amnistía.
Reunión de ministros
Los presidentes de los países del Grupo de Contadora (Panamá, Venezuela, Colombia y México) y de Apoyo (Perú, Brasil, Argentina y Uruguay) se han felicitado del acuerdo de la cumbre, conocida como Esquipulas 2.
Los ministros de Exteriores de esos ocho países emitieron el domingo, en la ciudad brasileña de São Paulo, un comunicado conjunto de apoyo, en nombre de sus presidentes, en el cual ratifican la necesidad de una solución regional. "El acuerdo logrado en Guatemala", dicen, "constituye un paso decisivo destinado a poner fin a los costosos y prolongados conflictos que afligen a la región, sienta sólidas bases para superarlos y reafirma principios esenciales en materia de seguridad, autodeterminación, democracia y desarrollo".
Los ministros se trasladaron a la localidad de Campos do Jordão, a 170 kilómetros de São Paulo, para mantener una segunda jornada de deliberaciones y fijar la convocatoria de una cumbre de presidentes latinoamericanos.
Los ocho cancilleres anunciaron el pasado domingo su intención de volver a reunirse de mariera formal los próximos días 22 y 23 en Caracas (Venezuela).
Entre tanto, el diplomático nicaragüense Alejandro Bendana declaró a la televisión norteamericana que el plan de paz sólo tendrá éxito si Estados Unidos acepta mantener conversaciones con el Gobierno sandinista y pone fin a la ayuda a la contra.
El cardenal Miguel Obando y Bravo, arzobispo de Managua, dijo el domingo en una homilía que confía que el acuerdo de Guatemala no sea "un sueño, una quimera, sino una realidad para los pueblos centroamericanos". Añadió el purpurado que se siente "feliz" de que los "caminos de la paz" hayan sido encontrados.
La Comisión Europea, órgano ejecutivo de la Comunidad Europea (CE), y China respaldaron ayer el documento de paz suscrito en la cumbre de Guatemala.
Por otra parte, al menos doce heridos, de los cuales seis son nortearnericanos, produje el domingo por la noche la explosión de una bomba en la localidad hondurefla de Comayagua, en las proximidades de la base militar norteamericana de Palmerola.
El artefacto, de alta potencia, explosiva, fue colocado, al parecer, en una ventana del interior de un restaurante.
De los seis norteamericanos heridos, cinco son militares destinados en la base y el sexto es un contratista que trabaja en la instalación militar, según señalaron fuentes de la Embajada de EE UU en Tegucigalpa.
Unos 1.200 soldados norteamericanos están destinados en Palmerola, una base que sirve de apoyo en las maniobras hondureño-norteamericanas en la frontera con Nicaragua.
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