Júbilo y escepticismo tras la 'cumbre' de Guatemala
Júbilo por haber logrado un acuerdo que puede traer la paz al istmo centroamericano y una cierta dosis de escepticismo ante los puntos donde puede producirse su quiebra eran las reacciones en las horas siguientes al final de la cumbre de presidentes de Centroamérica Esquipulas 2, celebrada esta semana en Guatemala.
"Queremos convertirnos nosotros en los sujetos y en los actores principales de nuestra propia historia", y "reclamamos de otras naciones del mundo comprensión, tolerancia, cariño, solidaridad, pero especialmente respeto a la voluntad nuestra de construir la paz", dijo con su brillante retórica el presidente de Guatemala, el democristiano Vinicio Cerezo, en su discurso de clausura de Esquipulas 2. Las palabras de Cerezo tocaban veladamente una de las interrogantes que deja abierto el acuerdo logrado: la respuesta de la Administracion de Reagan ante el rechazo de su plan, lanzado de forma imprevista en vísperas de la cumbre centroamericana.Probablemente, el plan Reagan fue uno de los factores del éxito de Esquipulas 2. Existen muchos elementos coincidentes entre lo aprobado en Guatemala y la propuesta de Ronald Reagan, pero si los presidentes de Centroamérica deseaban conservar un mínimo de dignidad, no podían salir de la cumbre con las manos vacías, demostrar su impotencia y dejar un vacío que sólo hubiera quedado ocupado por el dictado de Washington. En este sentido, la forma de presentación del plan Reagan puede haber tenido un efecto bumerán y forzado el acuerdo. Otro elemento importante del plan Reagan era que, por primera vez desde hace mucho tiempo, se afrontaba el problema de Centroamerica con un planteamiento político y no puramente militar. Esto dejó un margen de maniobra a los presidentes, reunidos en los salones de un lujoso hotel deplástico de la capital guatemalteca.
Una alta fuente de las delegaciones asistentes a la cumbre comentó a este periódico muy favorablemente la postura constructiva de Nicaragua y su presidente aniel Ortega. Sorprendentemente, y en contradicción con la dureza mostrada en la conferencia de prensa del día de su llegada a Guatemala, los nicaragüenses aceptaron las condiciones que obligan a una democratización interna sometida a control y verificación. Las piedras de toque de la seriedad del acuerdo de Guatemala se acumularán en los próximos meses, que pueden significar un giro y la anhelada paz para Centroamérica.
Buena voluntad
Los gestos de buena voluntad han empezado ya. Nicaragua ha aplazado tres meses el contencioso que tiene contra Honduras en el Tribunal de La Haya y ha retirado la querella presentada contra Costa Rica en la misma corte internacional.El presidente salvadoreño, el democristiano José Napoleón uarte, por su parte, declaró al final de la cumbre que "después de este momento, la situación será diferente en la región y se pondrá fin a las hostilidades, al menos eso es lo que esperarrios, si es que existe la firmeza de una voluntad política". Duarte ha hecho un llamamiento a los 'alzados en armas" de su país para que dejen la violencia y se incorporen al proceso democrático.
En dificil posición quedaron los contra nicaragüenses. En pocas horas pasaron de ser recibidos con todos los honores por el presidente de Estados Unidos, cuando dio a conocer su plan, a los malos de la película, si obstaculizan el proceso abierto el, sábado en Guatemala. La resistencia nicaragüense, la contra, declaró inrriediatamente en Guatemala que "continúa su lucha de doble vía por la liberación de Nicaragua", y aseguró que "la participación de la resistencia nicaragüense en este proceso es indispensable, ya que constribuye parte integral e indisoluble de la lucha que se libra contra el totalitarismo sandinista".
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