Un proyecto para el año 2000

Entre 1988 y 1989, tras el debate público sobre el proyecto, que culminará con la elaboración de un libro blanco, el Gobierno articulará en una ley la reordenación definitiva del sistema educativo no universitario. Una ley que el ministro concibe como fruto de un consenso amplio tanto en el plano estrictamente académico como en el político.La nueva estructura resultante entraría en vigor a partir del curso 1990-1991, y quedaría defintivamente implantada en el año 2.000. Maravall subrayó la conveniencia de que una "reforma tan ambiciosa" sea concebida con la perspectiva de una década como mínimo, y citó a Torsten Husen, el "padre de la reforma" del sistema educativo de Suecia, quien le recordó que ésta fue planteada con una previsión de. 30 años.

Torsten Husen es una de las numerosas personalidades extranjeras con las que el equipo que dirige Maravall ha estado en permanente contacto durante el largo proceso de elaboración del proyecto presentado ayer que, por otra parte, es un trabajo en el que se advierte una extraordinaria labor de síntesis.

Cantidad y calidad

Maravall prevé que en el año 2.000, el 100% de la población estará escolarizada hasta los 16 años y el 80% hasta los 18 años. Pero advirtió que el objetivo de la ampliación de la escolaridad, no lo es todo, porque, según dijo, "no se trata de ofrecer más de lo mismo, sino más de algo que sea mejor".Resumía de esta forma la necesidad de incidir en una reforma en profundidad del, sistema a través de una política que tienda de verdad a mejorar su calidad. Dicha política pasará necesariamente por una aportación mucho mayor de recursos (la ampliación de la escolaridad obligatoria, por ejemplo, implica la gratuidad también en los centros privados concertados); por hacer realidad la orientación educativa y profesional y por reducir el número de alumnos por aula, entre otros muchos aspectos.

El ministro señaló también el propósito de ir hacia una modificación del sistema de formación inicial y permanente el profesorado de todos los niveles.

El proyecto respeta la existencia de las actuales escuelas universitarias de Magisterio, cuyos planes de estudio se tendrán que adecuar a la nueva estructura y sus contenidos. Pero también se piensa en aprovechar la reforma de los planes de estudio universitarios para incorporar a las diversas carreras elementos de formación didáctica y pedagógica para quienes vayan a dedicarse en el futuro a la enseñanza secundaria.

Comprometer a los profeso" res de los diversos niveles actuales en una voluntad sincera de coordinación es otra premisa de la reforma. Tal vez pensaba en dicha premisa el ministro cuando, parafraseando al fallecido presidente Kennedy, expresó su deseo de que todos los que vayan a intervenir en el debate sobre la reforma antepongan a cualquier otra consideración "lo que cada uno puede aportar al sistema educativo".