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Interés político en Brasil por la transición española

Felipe González inicia hoy, lunes, una visita de cinco días a Brasil, que tiene por objeto intensificar las relaciones bilaterales con este país y tratar de corregir el desequilibrio comercial de 76.627 millones de pesetas desfavorable a España, una proporción de 9 a 1. González se entrevistará en dos ocasiones con el presidente de la República, José Sarney, y mañana, martes, intervendrá ante la Asamblea Nacional Constituyente, donde explicará el proceso de la transición política española en el acto que se considera más importante de la visita del jefe del Gobierno español. Sobre este tema existe un extraordinario interés entre la clase política de este país, en pleno proceso constituyente.

El presidente del Gobierno llega a Brasil en un momento especialmente dificil, con una grave situación económica que obligó el fin de semana al Gobierno a adoptar unas severas medidas congelando precios y salarios durante 90 días. En lo político, Brasil vive también un momento de tensión, en pleno proceso constituyente, y con el gubernamental partido mayoritario negándose a aceptar ningún tipo de enmienda a la futura Carta Magna, creando una crispación que amenaza con deteriorar aún más la tensa vida política. En estas condiciones, el viaje de Felipe González está rodeado de limitadas expectativas de éxito, habiéndose sugerido por parte de alguno de sus colaboradores la oportunidad de haberlo aplazado.El presidente del Gobierno, al que acompañan los ministros de Asuntos Exteriores, Economía y Cultura, permanecerá en Brasilia hasta el próximo miércoles, en que se trasladará a Río de Janeiro. Los empresarios españoles interesados en el mercado brasileño se muestran escépticos de mejorar sus ventas en este país, pese al esfuerzo que supone el viaje del presidente del Gobierno.

El jueves, González visitará Sâo Paulo, la capital económica del país, regresando a Madrid la noche del viernes.

Antes de comenzar la visita oficial, Felipe González y su séquito pasaron parte del fin de semana en la ciudad de Salvador Bahía, descansando y visitando algunos monumentos de la histórica ciudad, cuna de la nación brasileña. Toda la mañana del domingo Felipe González la pasó en alta mar, dedicado a la pesca, mientras el resto de la delegación que lo acompaña pasaba parte del día en una isla donde almorzaron y se bañaron hasta media tarde. Carmen Romero, por su parte, visitaba algunos monumentos y mercados populares y hacía algunas compras por la ciudad. Por la noche, el presidente acudió a una recepción con la colectividad española en esta ciudad, integrada por unas 4.000 personas, la mayoría de ellas de descendencia gallega, con una presencia importante en la vida económica de Salvador. Posteriormente, el gobernador del Estado de Bahía ofreció una cena a la delegación española. En lo político, será el paralelismo entre la transición española y la brasileña el aspecto más importante de la actividad de González, quien tendrá que dar tratamiento especial a este tema, dado el bajo momento y la impopularidad del Gobierno del presidente Sarney.

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