El Ejército controla la ciudad de Panamá tras la declaración del estado de emergencia
El Ejército panameño, con tropas y helicópteros, controlaba ayer la ciudad de Panamá y detenía a cualquier manifestante, tras la declaración de estado de emergencia y la suspensión temporal de las garantías constitucionales. Pese al despliegue militar, a mediodía y en varias zonas de la capital se realizó por varios minutos una cacerolada en señal de protesta.
Ayer no se registraron enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas militares, pero sí hay centenares de detenciones, cuya cifra ha sido imposible precisar.La ciudad de Panamá, de 900.000 habitantes, vive una tensa calma, y en el área de la calle 50, donde el miércoles fuerzas antidisturbios atacaron un canal de televisión progubernamental, se registraron varias detenciones, según testigos. Fuentes periodísticas indican que durante los disturbios del martes y el miércoles se produjeron decenas de heridos. Sin embargo, fuentes de las fuerzas armadas lo desmintieron.
El despliegue militar es mayor en las áreas del Centro Bancario Internacional, con 125 entidades de 26 países, y en los alrededores de la universidad de Panamá, que permanece acordonada. En ambas áreas se han realizado los mayores enfrentamientos durante los dos últimos días.
Un portavoz eclesiástico afirmó que durante las últimas horas la Iglesia negocia con el coronel Roberto Díaz Herrera, hasta finales de mayo jefe del Estado Mayor y segundo hombre en el escalafón militar, para que acepte asilarse en la Embajada de Venezuela, y otras fuentes señalan que lo realizaría en la nunciatura apostólica.
Mediación
El nuncio de la Santa Sede, el español Sebastián Laboa, ha mediado, junto con el arzobispo panameño, Marcos McGrath, entre el coronel Díaz Herrera y el general Manuel Antonio Noriega, quien ha insistido hoy en que no piensa renunciar debido a la desobediencia civil promovida "por una pequeña fuerza que busca el poder".Frente a la residencia donde se encuentra atrincherado Díaz Herrera, de 48 años y primo del general Omar Torrijos, decenas de manifestantes le expresaban su apoyo, mientras que la zona está custodiada por el Ejército.
A primera hora de la tarde de ayer, una fuente señaló que un militar, entraría sin armamento a negociar con Díaz Herrera su rendición y el consiguiente asilo.
La mayoría de los bancos, establecimientos comerciales e industrias de la capital se mantienen cerrados, siguiendo el llamamiento a una huelga general indefinida de "resistencia y desobediencia", declarada por un grupo de 35 organizaciones empresariales y médicas.
A la huelga general indefinida, que pide la destitución del general Manuel Antonio Noriega y otros implicados en la corrupción y el fraude político denunciados por Díaz Herrera, se han sumado cinco partidos de la oposición de derechas, entre ellos la democracia cristiana y el Partido Panameñista Auténtico.
El presidente de la democracia cristiana, Ricardo Arias Calderón, y su familia estuvieron durante cuatro horas en arresto domiciliario, según información de la propia esposa del dirigente político.
Durante la tarde y noche del miércoles, miles de personas salieron a las calles, instalaron barricadas, regaron depósitos de basura y los quemaron, paralizando el tráfico en las principales calles del centro de la capital. Decenas de automóviles fueron incendiados por estudiantes, especialmente en la zona adyacente a la universidad de Panamá, que permanece desalojada, debido a que allí se produjeron los más duros enfrentamientos con las unidades antidisturbios de las fuerzas de defensa.
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