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Andrés Segovia, enterrado en el cementerio de San Isidro

Cientos de personas aplaudieron a la comitiva

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Andrés Segovia, el guitarrista andaluz de 94 años fallecido el martes en Madrid de un paro cardiaco a consecuencia de un edema pulmonar fue enterrado ayer, a las 13.30, en el cementerio de San Isidro. La comitiva fúnebre salió media hora antes de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, mientras centenares de personas aplaudían en homenaje al intérprete desaparecido. Antes de abandonar la academia, la familia pidió quedarse sola unos minutos junto al féretro.

A las 9.15 de ayer llegó el cuerpo a la Academia de Bellas Artes, donde se instaló la capilla ardiente. Lo acompañaban la viuda del músico, Emilia; el hijo de ambos, Carlos Andrés, y el hijo mayor -de un matrimonio anterior de Segovia-, Andrés. La tapa de cristal del féretro, sobre la que se situó su medalla de académico, dejaba ver el cuerpo embalsamado de Segovia, con dos claveles rojos en las manos. Cuatro maceros del Ayuntamiento de Madrid, vestidos de gala, hacían guardia.Durante toda la mañana pasó por la capilla ardiente un gran número de sus compañeros de Academia, artistas, músicos, y amigos del fallecido, entre otros el defensor del pueblo, Joaquín Ruiz-Giménez. Sobre las 12.30 llegaron el ministro de Cultura, Javier Solana, y el alcalde de Madrid, Juan Barranco. Entre las personas anónimas que espontáneamente acudieron a la capilla ardiente se encontraban varios estudiantes japoneses de guitarra, en cuyo país Segovia era una celebridad. La reina Sofía visitó ayer a la viuda de Segovia en su casa madrileña.

El diario norteamericano, The Washington Post ofrecía en su edición de ayer un amplio perfil dedicado al intérprete. "Con la guitarra", se lee, "Andrés Segovia se convirtió en el músico más importante de su historia. La elevó a un lugar especial entre los instrumentos musicales".

Según este diario, Segovia fue el "último superviviente" de una clase especial de "gigantes musicales" que florecieron entre las dos guerras mundiales: "Como en el caso de Pablo Casals y de la clavecinista Wanda Landowska, su historia emerge unida a la historia de su instrumento".

En The International Herald Tribune se compara a Segovia, en su especialidad, con Paganini al violín, Listz al piano, Pablo Casals al violonchelo y Landowska al clavecín.

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