Alfonsin intenta superar la fractura entre los diputados radicales argentinos

La Cámara de los Diputados del Parlamento argentino, que debe revisar las enmiendas hechas por el Senado a la ley que reglamenta la obediencia debida en las fuerzas armadas, se reunirá el jueves en una sesión especial. Para entonces, el presidente Raúl Alfonsín confía en haber logrado reparar la fractura producida entre los legisladores de su partido.

Alfonsín recibirá hoy nuevamente, como lo hizo durante el fin de semana, a los diputados que encabezan distintas corrientes internas dentro del radicalismo. La mayoría de ellos se había comprometido públicamente en los últimos días a rechazar cualquier modificación que se hiciera en el Senado al proyecto de ley.Las advertencias iban dirigidas a los viejos caudillos del partido y de la derecha peronista que podían pactar una amnistía. Pero fue el propio Raúl Alfonsín el que finalmente ordenó agregar al texto un párrafo por el que ahora se exime de proceso también a los oficiales superiores que hayan actuado bajo obediencia debida durante la guerra sucia contra la subversión.

Alfonsín aceptó los argumentos de los jefes de las tres armas, quienes le amenazaron con pedir la baja si no se ampliaba el beneficio de la ley. Según ellos, no podían ser jefes de oficiales que con su rebelión de Semana Santa habían obtenido, en apariencia, más concesiones del poder político. Estas presiones y la imposibilidad de lograr la mayoría en el Senado si no se acordaba antes con los partidos provinciales son las razones de Estado a que se acoge Alfonsín.

Sofocar la rebelión de los diputados es más difícil que convencer a los senadores. Los legisladores que la encabezan son los mandos intermedios del radicalismo. Jóvenes, progresistas, luchadores contra la dictadura. Han sufrido la persecución, la cárcel o el exilio y tienen parientes, compañeros de militancia o amigos secuestra dos y desaparecidos.

El jefe del bloque, César Jaroslavsky, que se había comprometido ante ellos y también con los jóvenes diputados de la renovación peronista -el bloque mayoritario de la oposición- a rechazar "cualquier modificación, hasta el agregado de una coma" que hiciera el Senado, reconoce en privado la "legítima preocupación de los diputados más jóvenes". "Pero es una decisión del presidente y debemos votarla todos para que no corra riesgos nuestra mayoría en la Cámara", dice.

Jaroslavsky dijo el sábado en un acto público en la provincia de Mendoza: "Acá nos estamos jugando la vida, aquí no se va a salvar ni el gato si suena un tiro en la República. Hay queajustarse a tomar decisiones por encima delo que nos gustaría hacer. Si no entendemos seremos tinos estúpidos que vamos a ver desfil.ar otra vez las tropas, pero esta vez sobre los cadáveres de miles de argentinos. Y el mío entre ellos".