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Distintos sectores gubernamentales estudian imponer 'filtros' en las fronteras, atemorizados por el SIDA

EL PAIS Los ministerios de Sanidad, Interior y Asuntos Exteriores han intercambiado información sobre las propuestas elaboradas por altos funcionarios de los tres departamentos respecto a la idea de cerrar las fronteras españolas a personas sospechosas de portar los anticuerpos del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Estas iniciativas, que se han producido por separado, coinciden en el tiempo con los estudios que elaboran actualmente los Gobiernos de los países comunitarios respecto a la imposición de filtros fronterizos contra los enfermos del SIDA, para evitar una mayor propagación y contagio de esta enfermedad irreversible. Este problema ha sido abordado también por el Grupo de Trevi (formado por los ministros de Interior de la Comunidad Europea).

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Las medidas definitivas que adoptará España se ajustarán, según todas las fuentes consultadas, a las decisiones que finalmente tome la CE. Exteriores, en alguna reunión, ya ha, propuesto la pronta adopción del test de reconocimiento en las fronteras a ciudadanos no comunitarios. Algunos sectores, de acuerdo con los ministerios del Interior de otros países comunitarios, son también partidarios de una mayor cooperación policial, sobre todo en la tarea de fichar a los que consideran grupos de mayor riesgo. Pero hasta ahora, y siguiendo los criterios de Sanidad, los departamentos policiales no tienen acceso alguno a los datos sobre portadores del virus, que obran en poder de Sanidad.La reciente expulsión por las autoridades sanitarias griegas de dos jóvenes españolas portadoras del virus del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) ha alertado a algunos sectores del Gobierno español sobre el peligro de una generalización de casos parecidos. En este caso concreto, Exteriores ya ha solicitado a Grecia una explicación oficial sobre estas expulsiones. La alarma española se ha visto acentuada con el caso griego por cuanto aún no está clara cómo se realizó la detección de estos dos casos, ya que según los primeros datos en poder español fueron descubiertos mediante informes policiales, sin que se sepa por qué las fuerzas de seguridad griegas tenían conocimiento de ellos, ya que en un principio sólo deben constar en informes sanitarios.

A todo ello se añade el hecho de que no exista una legislación o medidas adecuadas para hacer frente a esa situación de expulsiones de españoles en el extranjero o de la presencia de visitantes que llegan a España portando el virus del SIDA. Por tanto es precisa -opinan esos sector es una doble actuación, tanto en lo que se refiere a las fronteras españolas -a muy corto plazo, sobre todo con vistas al verano- como en lo referente a las normas comunitarias (que sufrirán probablemente un proceso más lento). Actualmente se está produciendo a este respecto un caldo de cultivo que dará paso previsiblemente tanto a normas de cada Estado como a acuerdos internacionales.

Dos líneas de actuación

Las medidas estudiadas hasta ahora tanto en España como en los países de la Comunidad Europea se engloban en dos líneas diferentes. Los ministerios de Sanidad -por ejemplo, en la reunión que celebraron el viernes pasado- y la Organización Mundial de la Salud apuestan por normas de contenido sanitario y colectivo encaminadas a la previsión y el tratamiento de la enfermedad, mientras que los ministerios del Interior (aglutinados en el Grupo de Trevi) y en general los partidos conservadores proponen controles rigurosos de fronteras y medidas individualizadas hacia visitantes y turistas englobados en los países y grupos de riesgo. El Ministerio del Interior de la RFA ya ha propuesto medidas a tomar basadas en el aspecto del visitante.

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España, como país turístico, recibirá en los próximos meses millones de visitantes, entre los que figurarán millares de personas pertenecientes a los grupos que los sectores partidarios de imponer filtros fronterizos consideran de mayor riesgo (africanos, homosexuales, prostitutas drogadictos).

Pero la identificación de estos colectivos no es siempre fácil. En las conversaciones mantenidas en la Administración española, Sanidad ha explicado la virtual imposibilidad de aplicar medidas viables para controlar en la frontera a posibles afectados por el virus. Igualmente, los ministros de Sanidad resaltan la necesidad de respetar el derecho de libre circulación de los ciudadanos y la imposibilidad ética de aplicar medidas racistas o xenófobas (Ver EL PAIS de ayer).

Grupo de Trevi

El Grupo de Trevi ha abordado estas cuestiones, según fuentes diplomáticas, pero nunca -precisan fuentes de Interior- con un carácter oficial (no han figurado en el orden del día ni se ha adoptado ningún acuerdo).

Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores han señalado, no obstante, que en la última reunión, celebrada en Bruselas el 27 de abril pasado, el grupo especial de Emigración, creado el año anterior, trató sobre las medidas que algunos países estaban adoptando respecto a las personas contagiadas de SIDA, pero no se llegó a tomar ninguna decisión concreta. "La gravedad de la situación y la necesidad urgente de tomar medidas era el comentario unánime entre los asistentes", dijo uno de los presentes en tal reunión.

El subgrupo de cooperación consular, integrado también en Trevi, ha tratado igualmente el problema del SIDA en su última reunión. Los asistentes hicieron hincapié en las medidas que se podrían adoptar en relación a los emigrantes que llegan a los países de la Comunidad Europea. Pero tampoco se llegó a proponer medida alguna.

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