_
_
_
_
Crítica:DANZA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Cobaya en equilibrio

Pauline DaniëIs (Holanda)Programa de solos: Blind Sight. Mark Tompkins; Dream of joumeys: Viola Farber; 1/5: Mark Varirunxt; The boxer spook: Matthew Hawkins. Vídeoconcepto: Hans van Manen. Música: Harry de Wit. Teatro Zorrilla, Valladofid, 11 de mayo.

La bailarina comienza haciendo alarde de sus conocimientos pantomímicos al tocar la luz desde fuera de un cenital, en unos ejercicios fríos, calculados, donde el motor biomecánico opera rápidamente, pero sin convicción hacia el espectador, una distancia asaz provocada, pero de efecto contraproducente en un opening dancístico.

Las complejas luces no terminan de dibujarle el escenario propicio a un programa ecléctico que apoya su conducción en la persona y la pantalla de vídeo como hilatura. El espectáculo carece de una cohesión convencional, y está claro que ha sido concebido de esta manera entre displicente y atonal.

Pauline DaniëIs ha servido de cobaya para que varios coreógrafos (unos maduros, como Viola Farber, y otros de última generación, como el belga Vanrurixt, nacido en 1960) exploten sus cualidades, un caudal abundante de músculos bien modelados en el culto culturista, una calistenia que ha terminado por entrar en el intelecto de la danza. La DaniëIs hace gala de un equilibrio de eje diagonal, practicado según el parecer de Merce Cunningham, y lo explota en variaciones tangentes, casi de desafío. Sus giros en el aire, a la manera de un tour aéreo masculino, y cierto esquema de brazos en la segunda posición clásica enfatizan el postulado de búsqueda de un lenguaje en evolución que no desprecia en lo absoluto el pasado (reciente y remoto), sino que lo machaca en un intento de actualización.

El cuerpo de la bailarina, lo sólido por excelencia (maciza, que diría un castizo), genera un volumen abstracto frente al espacio compuesto por la luz y el sonido. Hay una ley física del desplazamiento que es controlada hasta el final, merced a una técnica y, casi podría decirse, a un estilo. La ductilidad de la intérprete queda patente, y los solos van ganando en sentido a medida que se proyectan hacia el final.

El vídeo, como pausa, es burdo, pero como racionamiento distanciador es muy válido. Todo está compuesto con refinamiento estético, haciéndose acompañar de la poesía sonora de Harry de Wit.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_