Genética de laboratorio
En EL PAIS de fecha 20 de abril de 1981 leo francamente preocupado un artículo sobre la autorización del Gobierno de EE UU para patentar animales y vegetales nuevos, conseguidos mediante la ingeniería genética en laboratorio.Nunca creí que a estas alturas la irresponsabilidad y la estupidez humana llegase a tales desafueros. Ni que el progreso científico y técnico, mal manejado, trajese tan malas consecuencias.
Por lo que leo, se pretende ahora fabricar, y dar corso de patente, supongo que para su explotación económica, animales y vegetales salidos de los manejos genéticos de las especies. Hasta ahora, los científicos, y basándose en las probabilísticas leyes de la herencia, habían mejorado ciertas especies animales y vegetales mezclándolas de una manera natural, lo que además de productivo resultó inteligente. Así se han conseguido, por ejemplo, semillas de cereales más fuertes y resistentes al deterioro o a la climatología, aptas sin ningún tipo de cuidado para la raza humana. Ahora se pretende jugar a Dios, con todas las nocivas y desconocidas consecuencias- que esto puede acarrear.
Si el hombre o los animales domésticos se convierten en consumidores de vegetales o carne animal conseguidos mediante la ingeniería genética, o simplemente los compañeros de estos seres artificiales, cabría preguntarse hasta qué punto se podrían contagiar o realizarse nuevas enfermedades humanas y animales con sus posibles taras y efectos nocivos que sean el efecto de tamaña virguería de laboratorio. Efectivamente, el mundo de la biología es muy complejo y desconocido, y a ciertos niveles de vida elemental, fácilmente mutable. Y es en estos niveles, y quién sabe si en otros, donde el desarrollo de los seres artificiales puede ser peligroso para el hombre. Así, pues, estos monstruos podrían generar efectos patógenos para la humanidad que los consumiese o los tratase, y efectos como el del aceite, de colza o el tristemente famoso SIDA serían hechos benignos comparados con los de los nuevos inventos.-
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