Ambigüedad entre volcanes
"Parece de Hitchcock". Con esta fórmula se pretende a menudo elogiar cualquier película que contenga elementos policiacos, de suspense. La frase ha hecho fortuna, pues Hitchcock se ha convertido en un dios al que incluso invocan los publicitarios.El caso de la viuda negra está destinado a convocar de nuevo el fantasma del cineasta británico, pero una vez más se trata de una confusión, sólo que en esta ocasión no lamentamos la ausencia del genio hitchcockiano, porque la película tiene personalidad propia, un atractivo muy especial que no surge del manejo más o menos hábil de temas como el del falso culpable, tan caros al autor de Vértigo y aquí presentes, sino de la bien tramada relación entre la pareja protagonista, dos mujeres, una de ellas asesina de sus esposos millonarios, y policía sin vida íntima la otra.
El caso de la viuda negra
Director: Bob Rafelson. Intérpretes:Debra Winger, Theresa Russell, Sami Frey, Dennis Hopper, Nicol Williamson, Terry O'Quinn, Lois Smith, D. W. Moffett. Guión: Ronald Bass. Fotografía: Conrad L. Hall. Música: Michael Small. Estadounidense, 1987. Estreno: Madrid, cine Avenida.
El cerco, cada vez más estrecho, al que se ve sometida la criminal por su perseguidora hace que ésta vaya contaminándose del mal que desprende el personaje de Theresa Russell.
Es legítima una interpretación psicológica de la historia pero no es la más satisfactoria. En realidad, Alex -tras ese nombre masculino anda Debra Winger- se siente seducida por la asesina tanto porque le descubre su sexualidad reprimida como porque ella se le aparece como la sacerdotisa o diosa de unos ritos infantiles y primitivos: uno de los maridos muertos es un fabricante de juguetes; otro, un antropólogo, y un tercero es un soñador con aires de resucitado -Sami Frey- que desea edificar un hotel junto a un volcán en continua erupción. La mujer encarnada por Theresa Russell es un ser mitológico, esa araña viuda negra que asesina al macho al mismo tiempo que lo posee, que sabe reconocer a su igual en quien, antes de quedar prendida en su telaraña, sólo pensaba en encarcelarla.
Esta vertiente misteriosa del relato, que escapa a la lógica policial o psicológica, es el núcleo de donde saca su fuerza El caso de la viuda negra, una película que además está rodada con gran elegancia, que sabe ir ralentizando su ritmo a medida que los personajes van cobrando gravedad y consistencia, a medida que van descubriéndose el uno al otro. Y en este sentido es formidable el trabajo de las dos actrices, que incluso se sobreponen al final convencional del filme.
El caso de la viuda negra es una excelente película de productora (la Fox), aunque podría ser mejor, con clase y personalidad, voluntariamente más artesanal que de autor, con unas estupendas intérpretes y un acabado profesional muy distinguido.
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