Los monos, listos
Los monos están listos, decía el titular de la información aparecida en EL PAÍS el pasado día 20 de marzo, y después de leerlo saqué la conclusión de que los que están listos son los 25.000 afectados (para qué hablar ya de las 500 víctimas) por el envenenamiento del aceite de colza.¿No han tenido ya bastantes pruebas con los enfermos, muertos, etcétera? Si han sido incapaces de comprobar cuál fue la causa que produjo el envenenamiento después de seis años de investigar en 25.000 enfermos y en 500 muertos, ¿lo van a conseguir sometiendo a 30 monos a unos experimentos inútiles, a unos sufrimientos horribles, para reproducir las consecuencias de la ingestión de ese aceite o ese pesticida (que lo mismo da)?
¿No han tenido bastantes víctimas? ¿Quién les dice que esos pobres monos van a reaccionar como los afectados humanos? ¿Acaso los enfermos son monos? Porque si no lo son, ¿qué se demuestra envenenando a 30 monos?
Las reacciones de los monos serán eso: reacciones de mono ante un tóxico, no reacciones de ser humano. Si incluso entre enfermos humanos las manifestaciones del envenenamiento tuvie-
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ron variantes, ¿cómo alguna persona en su sano juicio aceptaría como prueba el resultado de los monos?
Máxime cuando el propio doctor Luis Fontela, responsable de la investigación, declara que durante dos años no se ha podido reproducir en animales el síndrome. ¿Acaso fueron monos los causantes de vender aceite desnaturalizado de uso industrial para consumo humano? ¿Quizá algún mono obtuvo por ello pingües beneficios?
Dejad en paz a los animales, porque, si realmente fuéramos humanos, cuántas cosas tendríamos que aprender de los monos.-
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