El Banco de España reúne a los presidentes de la gran banca para pedirles que limiten el crédito
La plana mayor del Banco de España reunió ayer tarde a los presidentes de los siete grandes bancos para pedirles ayuda con el fin de frenar el aumento de la cantidad de dinero en circulación. Esta sigue desbordada, pese a la reiterada subida de los tipos de interés, que ha empezado a trasladarse a la clientela desde el mercado monetario, donde se pagan precios comparativamente superiores a los máximos de 1977 y 1983. El banco emisor anunció ayer que elevará dos puntos, hasta el 16%, el coste de los créditos de su segunda ventanilla. Pero la autoridad monetaria está dispuesta a tomar medidas más contundentes, como la de castigar la fuerte entrada de dinero exterior atraído por los altos tipos de interés.
El anuncio de que en segunda ventanilla, la de los créditos con garantía personal, el Banco de España cobrará a bancos y cajas de ahorro dos puntos más que en la primera tuvo un efecto inmediato sobre los préstamos que se entregan entre sí bancos y cajas de ahorro para cubrir sus necesidades diarias. Este dinero interbancario subió cerca de un punto, hasta el 15, 5% y en plazos de un día a un mes, respectivamente. Para fechas más lejanas, tanto el aumento de los tipos como el nivel alcanzado por los mismos resultó algo inferior (hasta el 15% a tres meses), lo que parece expresar confianza en que las tensiones serán temporales.
Fuerte demanda
Poco antes de trascender el anuncio, en la primera ventanilla, la de subasta de créditos diarios, las entidades financieras recibían del Banco de España al l4% —el mismo tipo que en días anteriores, aunque varios puntos superior al de finales del pasado año— un total de 993.100 millones de pesetas. Con tan fuerte demanda de unos créditos que engrosan la descontrolada masa monetaria —el día anterior habían sido entregados 745.900 millones—, los intermediarios financieros se curaban en salud de que la autoridad les fuera a pedir moderación por la vía de subirles más el interés o a restringir las cantidades.
En lo primero han acertado, según comentaban ayer tarde. Si en los próximos días son limitadas o suprimidas las subastas para acomodar la masa monetaria a los objetivos de inflación, tendrán que cotizar un l6% en segunda ventanilla, a menos que se autocontrolen y nieguen créditos a su clientela. Pero muchos de ellos, como el propio Banco de España, dudan que estas medidas sean suficientes para encauzar el aumento de dinero en circulación hasta la senda del 8% prevista en 1987, después de que hasta ahora haya crecido a un ritmo que duplica el objetivo central.
Entre los principales obstáculos para ello figuran la fuerte entrada de dinero caliente o especulativo desde el exterior, el hot money atraído a corto plazo por los altos tipos de interés, y los efectos alcistas de la puesta en marcha de la liberalización de los tipos de interés de todas las cuentas corrientes. Ambos fenómenos han engrosado la masa monetaria, ya de por sí engrosada por otros dos hechos: las mayores necesidades financieras del sector público y el crédito exigido por una actividad económica pujante, pues la inversión y el consumo privado todavía crecen este año a tasas reales del 5, 5% al 6%, según al Banco de España, y superiores al 4%, según otros gabinetes de estudios privados.
En este contexto, y mientras varios presidentes de grandes bancos llamados al Banco de España decían desconocer el motivo de la convocatoria, lo mismo que portavoces oficiales del banco emisor, fuentes informadas dijeron que la autoridad monetaria les iba a pedir ayuda para situar en la senda prevista la cantidad de dinero. El primer mensaje iba dirigido a reiterar tajantemente los objetivos, ante la creciente opinión de que quizá cierta alegría monetaria no afecte tanto al conjunto de la economía como la subida de tipos de interés: 8% de aumento en la masa monetaria para todo 1987 con el fin de garantizar el 5% de inflación.
Subida de tipos
Para instrumentar ambos objetivos, aparte de animarles a que suban los tipos de interés de la clientela en línea con el mayor coste que tendrán los depósitos con la liberalización, el Banco de España quería aconsejarles que limiten las entradas de dinero del exterior. El arsenal de medidas previstas en caso contrario pasa por castigar con coeficientes no sólo el aumento de los en pesetas convertibles, sino el propio saldo y hasta el total de las divisas en cartera.
Como arma final en esta es calada gradual, el banco emisor se guarda la subida de otro punto (desde el 19% al 20%) en el coeficiente de caja o dinero inmovilizado, que dejaría fuera de circulación más de 200.000 adicionales a la reciente subida del 18% al 19%.
"El Banco de España les va a leer la cartilla a los siete grandes", declaraban poco antes de iniciarse la reunión fuentes próximas al ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga.
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