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Propuesta para reformar la Constitución en la URSS

Pilar Bonet

Un importante jurista soviético ha defendido el pluralismo en la elaboración de las leyes en temas como la pena de muerte, el aborto o la concesión de amnistías y privilegios, al tiempo que proponía restringir los poderes legislativos del Presidium del Soviet Supremo de la URSS, dirigido actualmente por Andrei Gromiko. En un artículo aparecido en la revista jurídica El Estado y el Derecho Soviético, el doctor en ciencias jurídicas N. Malein ha ahogado por la introducción de cambios en la Constitución de la URSS (1977) que limiten la frecuente práctica de legislar por decreto del Presidium del Soviet Supremo.

Malein ocupa un alto cargo como científico jefe en el Instituto de Estado y Derecho, de la Academia de Ciencias de la URSS. Este instituto, que publica la revista, cuyo último número inserta el artículo mencionado, se considera una institución de carácter progresista.El jurista se pronunciaba a favor de democratizar la elaboración de la leyes en la URSS y señalaba que en los años setenta y principios de los ochenta se dio prioridad a los decretos que se promulgaban con independencia de las circunstancias. Según la Constitución soviética, las leyes se promulgan por el Soviet Supremo (Parlamento formal de dos cámaras) o se adoptan mediante votación popular convocada por el Soviet Supremo. Este último procedimiento de referéndum no ha sido utilizado nunca, a pesar de estar previsto tanto en la Constitución de 1936 y en la de 1977. La Constitución prevé también que el Presidium del Soviet Supremo (órgano colegiado permanente, formado por 39 personas) puede, "en caso necesario", modificar la legislación vigente, aunque debe someter los cambios efectuados a la ratificación del Soviet Supremo.

Esta ratificación tiene, sin embargo, un carácter formal, ya que el Soviet Supremo se reúne sólo dos veces al año y se limita a aprobar unánimemente los temas del orden del día. El Presidium del Soviet Supremo, que dirige desde 1985 Andrei Gromiko, presentó en el año 1986 un total de 85 decretos de diversos tipos -entre ellos numerosos nombramientos- a la ratificación del Soviet Supremo.

Malein consideraba que en el proceso de reforma de la legislación que tiene lugar actualmente en la URSS resulta "indicado precisar" el punto de la Constitución que da derecho al Presidium del Soviet Supremo a modificar la legislación. El jurista proponía que este derecho previsto para el "caso necesario pase a ejercerse en casos que no admitan demora. Tal formulación incrementa el papel de la sesión del Soviet Supremo y reduce a límites racionales la actividad legislativa de su Presidium".

Orgullo de la era de Breznev

El jurista critica implícitamente la Constitución, que fue uno de los orgullos de la época de Breznev, al afirmar que "su contenido" ha sufrido la influencia de la "práctica de promulgar decretos de carácter legislativo y la literatura que justificaba esta práctica" con "razones no convincentes", tales como asegurar que los decretos eran temporales o ratificados por el Parlamento. Los decretos son ratificados, según Malein, sin debate alguno.Entre los responsables de la Administración existen, según Malein, diversidad de opiniones sobre las normas que regulan las relaciones de las empresas con los órganos superiores, la concesión de privilegios, las actividades laborales individuales, el matrimonio, la prohibición o tolerancia del aborto, los matrimonios con extranjeros, la abolición o introducción de la pena de muerte y la concesión de amnistías. "Muchos de estos temas y otros fueron decididos por decretos legales o por otros actos sublegales sin exponerlos a los intereses de los ciudadanos en las formas contempladas en la Constitución".

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"La unidad político-moral de un pueblo no excluye las diferentes opiniones en las cuestiones individuales de la vida social reguladas por la ley", señalaba el jurista. Éste proponía crear un órgano constitucional que controle la legalidad de las normas sublegales o disposiciones de carácter obligatorio, en ocasiones secretas y en contradicción con las leyes y la Constitución, que son promulgadas por ministerios y departamentos soviéticos.

Normas sublegales no publicadas son, por ejemplo, las regulaciones sobre los diversos tipos de censura o el régimen de los correccionales.

Malein pedía asimismo que le fueran restablecidas al Tribunal Supremo de la URSS las funciones de vigilancia de la constitucionalidad que tenía el organismo en los años veinte.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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