_
_
_
_

La Casa Blanca impide la compra de una compañía de electrónica punta norteamericana por parte de la japonesa Fujitsu

El grupo japonés Fujitsu ha renunciado a la compra del 80% de la sociedad Fairchild Semiconductors, una de las empresas clave de la electrónica punta norteamericana, instalada en Silicon Valley, a causa de la tempestad política que esta adquisición amenazaba con provocar en Estados Unidos. El importe de la trasacción estaba cifrado en 200 millones de dólares.

La decisión de Fujitsu se ha producido después de que el secretarlo de Defensa, Caspar Weinberger, el de Comercio, Malcolm Balcirige y la misma Agencia Central de Inteligencia (CIA), en una llamativa intervención conjunta, presionaran a la Casa Blanca para que desaconsejara la compra por Fuijitsu Ltd. de Fairchild Semiconductor Corp., una sociedad filial del grupo franco-norteamericano Schlumberger Ltd., dedicada a la fabricación de chips.

Las presiones norteamericanas se han centrado en cuestiones de seguridad nacional, aunque algunos observadores señalan que las crecientes disputas comerciales con Tokio no son ajenas a esta intervención. El Gobierno japonés hizo saber ayer su "amargura" por esta intervención. Según el ministro para el Comercio Internacional y la Industria (MITI). Hajime Tamura, "es inadmisible que altos responsables del Gobierno norteamericano intervengar, de esta manera en un asunto que concierne a dos empresas privadas".

La compra de Fujitsu era considerada por muchos observadores como un test en los esfuerzos japoneses por invertir en Estados Unidos, especialmente en un sector de importancia estratégica como la alta tecnología. La interferencia de la Administración norteamericana, al bloquear el acuerdo, tendrá el efecto de desanimar intentos similares por parte de otras compañías japonesas interesadas en la tecnología norteamericana de diseño de chips.

Los pedidos del Pentágono

Aunque el Gobierno como tal no tiene facultades legales para prohibir el acuerdo de compraventa, el Pentágono podría haber cerrado la puerta de los pedidos militares a la empresa que hubiera resultado de la fusión Fujitsu-Fairchild.Fairchild, pionera en su tiempo de la industria electrónica norteamericana, había entrado en años recientes en una imparable cuesta abajo dentro del derrumbamiento general del sector en Estados Unidos. Como contratista de la industria militar, Fairchild es un importante suministrador de componentes avanzados usados en equipo militar y sistemas informáticos, incluidos los sistemas de comunicación usados en el control de misiles nucleares y grandes ordenadores. El Departamento de Defensa y la CIA denunciaron que no deseaban ver a la industria informática norteamericana dependiendo de los semiconductores fabricados por empresas de propiedad japonesa.

Expertos de la industria electrónica norteamericana, sin embargo, mantienen que la intervención oficial no se hubiese producido de no mediar la disputa comercial que actualmente enfrenta a ambas potencias. Estados Unidos ha acusado a Japón de excluir del mercado nipón a los fabricantes norteamericanos de grandes ordenadores.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_