Arqueólogos controlarán las obras del gasoducto a su paso por Cantabria

Un equipo ole arqueólogos hará el seguimiento de las obras requeridas por el tendido del gasoducto Burgos-Cantabria-Asturias a su paso por esta región. Hace unos meses, el departamento de Historia Antigua de la universidad de Cantabria, que dirige el profesor J. M. Teja Casuso, escribió al Ministerio de Industria solicitando la adopción de las medidas precisas para controlar los posibles yacimientos arqueológicos que puede poner al descubierto la apertura de una zanja de 90 kilómetros.

Enagas acaba de responder a la universidad aceptando la posibilidad de que los arqueólogos encargados de supervisar los trabajos estén presentes en el tendido del gasoducto, que pasará por 18 municipios desde su entrada en Cantabria, procedente de Burgos, para introducirse, a través de Valderredible, en Campoo, y descender luego por la cuenca del Besaya, verdadera espina dorsal de la economía y la industria, a fin de ganar la costa. Las obras comenzarán inmediatamente, con un presupuesto de 4.000 millones de pesetas.Reinosa y su comarca, tan ricas en vestigios relativos a la Edad del Hierro y asentamientos cántabros, será cruzada por el gasoducto, que también discurrirá por zonas próximas a la famosa ciudad de Juliobriga, clave de la estrategia romana en su penetración y que jugó papel importante en la historia 29 años antes de nuestra era.

Interesantes excavaciones han sido realizadas en el curso de las últimas décadas en esta comarca, lo mismo que en el pueblo de Celada Marlantes, donde existe un asentamiento cántabro que ha proporcionado a los investigadores abundante material de cerámica y hierro desde las primeras investigaciones de los años 1968 y 1969. El conducto del gas natural pasará por sus cercanías.

La zanja avanzará a un kilómetro por día en territorio cántabro, calculándose que el gasoducto podrá entrar en servicio a principios de 1989. La excavación que recibe el tubo conductor del gas se sitúa a metro y, medio de profundidad. Desde la apertura de la tierra, según fuentes de Enagas informaron a EL PAÍS, la zanja no se cerrará, para dar lugar a diversas operaciones, hasta transcurrido mes y medio, lo que sin duda facilitará el trabajo de campo de los arqueólogos.